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    13 Cosas que necesitas saber sobre la migraña

    Por ejemplo, cómo y por qué nos arruina la vida.

    1. La migraña es más que un fuerte dolor de cabeza.

    La palabra "migraña" ha acabado siendo sinónimo de un fuerte dolor de cabeza, pero la verdad es que es un trastorno genético. Si te diagnosticaron migraña, significa que estás genéticamente predispuesto a tener un umbral más bajo de estímulos que causan migraña (llamados desencadenantes), dice la Dra. Merle Diamond, presidenta de la Diamond Headache Clinic en Chicago.

    Cerca de 45-48 millones de estadounidenses sufren de migraña y la persona promedio sufre tres ataques al mes, con una duración promedio de casi 10 horas cada uno, dice. Tener migraña sí significa tener fuertes dolores de cabeza, pero también significa una variedad de otros síntomas como náuseas, vómito, mareo y sensibilidad a la luz y al sonido.

    2. Algunas migrañas tienen un preaviso llamado aura.

    3. Pero el tipo más común no tiene ninguna señal de advertencia.

    4. Para algunas personas, la primera fase de la migraña ocurre días antes de que aparezca el dolor de cabeza real.

    5. Durante la fase de ataque, el dolor es muy fuerte.

    6. Después de que el dolor cede, la mayoría queda con una resaca migrañosa.

    7. Las migrañas ocurren cuando alguien con una predisposición genética a la migraña se expone a un desencadenante (o varios desencadenantes).

    8. Los desencadenantes también pueden ser alimentos, cambios hormonales e incluso el clima.

    9. ¿Qué rayos sucede en el cerebro de una persona con estrés para que cause estos estragos? Dos eventos neurológicos.

    10. En cuanto al tratamiento, puedes tomar medicamentos de alivio rápido cuando sientas que se aproxima una migraña.

    11. También puedes tomar medicamentos preventivos.

    12. Llevar una rutina diaria lo más regular, tranquila y equilibradamente posible también ayuda.

    13. Si piensas que esos terribles dolores de cabeza por los que faltas al trabajo pueden ser migrañas, consulta a tu médico.

    Y recuerda: ¡los abrazos ayudan!*