1.
Llegas a clase. Te das cuenta de que no traes liga para el pelo.
2.
Te quitas los aretes para entrar a clase. Se te pierden tan seguido que ya mejor ni te los pones.
3.
Llegas tarde a clase. El maestro te golpea con el látigo de su desprecio durante dos horas…
5.
Comiste demasiado y sientes que vas a explotar en el próximo pliè.
6.
Las mallas rotas. Las estúpidas mallas agujeradas son una desgracia.
7.
Recuerdas esos días de examen como los momentos más estresantes de la historia de la humanidad.
8.
La cantidad de gel que usas a la semana podría servir a una comunidad entera de cholombianos.
9.
Te duele el cuero cabelludo por el peso de tu chongo.
10.
Cuando hace frío, o está lloviendo, te da más flojera ir a clase.
11.
El leotardo puede ser un verdadero dolor de huevos.
12.
Practicas durante meses para una función...
13.
Te equivocas justo en la parte de la coreografía que más te gusta.
14.
Te caes en medio del escenario en una función importantísima.
15.
Tu vida se arruina por completo.
16.
Te maquillas pésimo y no hay tiempo para arreglarlo.
17.
Sales al escenario con toda la cara chueca a hacer tu mejor esfuerzo.
18.
Se te cae un accesorio del vestuario a la mitad del escenario.
19.
De pronto, Carmina Burana se convierte en un partido de futbol.
20.
Porque todo el mundo empieza a tratar de patear tu desastrito fuera del escenario.
21.
Sin dejar de bailar la coreografía, obvio.
22.
Tu disciplina está completamente subestimada.
23.
Pero tu entrenamiento es igual de duro que el de un karateka.
El ego y el cuerpo te duelen seguido, pero todo eso vale la pena porque nada en la vida te hace más feliz que bailar.
