Quincy Kroner es un niño de dos años que no idolatra a las estrellas de Disney ni a los músicos de rock. Sus héroes son los recolectores de basura de su vecindario.
"Cada viernes él sabe que vienen", dijo Ollie el papá de Quincy a ABC News. "Desde el momento en que escucha que se acercan, corre a la ventana, sube en el sofá y los observa".
Quincy está tan encariñado con los camiones de la basura que le regalaron uno de juguete como premio por aprender a ir al baño. Y quería enseñárselo a los conductores de la vida real.
Cuando el camión llegó a la casa de la familia el viernes pasado, Quincy tuvo la oportunidad de tomarse una foto con ellos, mostrando su camión. Pero, al parecer, fue una sorpresa muy grande para el pequeño.
Ollie, quien tiene otro hijo con su esposa Libby, dijo que el conductor sabe que tiene un pequeño admirador y cada semana "actúa" para él, tocando la bocina y saludando cuando pasan.
"Han desarrollado un tipo de relación a través de la ventana", dijo.
