1. Es realmente satisfactorio organizar las cosas por color.
2. Observar detenidamente los degradados te ayuda a relajarte muchísimo.
3. La emoción que sientes al abrir una caja de colores nueva.
4. (Sobre todo si son ~metálicos~).
5. El sentimiento de frustración cuando tus amigos no entienden que todos estos son, como se puede notar, colores totalmente diferentes.
6. La constante mezcla de placer y dolor que experimentas cuando pasas por una tienda de materiales artísticos.
7. La alegría que sientes al ver los colores cuando están puros e intactos...
8. Pero TAMBIÉN ver lo hermosos que son cuando están desordenados y mezclados.
9. El hecho de que elegir un solo color para un proyecto es casi imposible.
10. El momento en que comienzas a leer cómo se llama cada color.
11. Lo imposible que resulta escoger un color favorito.
12. Pero cuando por fin te decides por un color favorito, no puedes evitar comprar todo de ese mismo color.
13. Y todo es todo.
14. La emoción que sientes cuando entras a una tienda y te das cuenta de que ~tu color~ es una parte importante de su paleta esta temporada.
15. La forma en que los colores cálidos te suben el estado de ánimo al instante.
16. Y la forma en que los colores fríos te ayudan a calmarte.
17. Y cualquier cosa dorada te hace sentir como si el mundo fuera tuyo.
18. Revivir lo divertido que es hacer combinaciones de colores como en la escuela.
19. Ver magníficos colores combinados con diferentes texturas te despierta ~sensaciones~.
20. Lo fácil que es dejarse atrapar por cuentas de Instagram llenas de colores...
21. Encontrar la belleza en lugares inesperados...
22. Y lograr tener un día un poquito más brillante.
Algunos de los artículos que aparecen en esta publicación le fueron cedidos o prestados a BuzzFeed gratuitamente.