1. Esperas lucir genial llevando tus fresquitos conjuntos de verano.
Pero acabas empapándolos con 100 litros de tu propio sudor.
2. Crees que vas a pasarte todo el verano en interminables viajes por carretera.
Pero en su lugar te pasas el 99,9 % del tiempo comiendo Cheetos en tu cama mientras ves vídeos raros en YouTube.
3. Esperas absorber los rayos de sol y lograr un precioso bronceado veraniego.
Pero terminas pareciéndote a un tomate en forma humana.
4. Piensas que te tumbarás en una tranquila playa de arena y te olvidarás de todos los problemas de la vida.
Pero en cambio te das cuenta de que, literalmente, todos los demás han tenido la misma idea.
5. Crees que finalmente este será el verano en el que encuentres el amor.
Pero terminas encontrándolo por otros medios.
6. Supones que escaparás de la humanidad yéndote de viaje a una relajante acampada.
Pero en su lugar te sumergirás en una comunidad de bichos a los que les flipa picarte.
7. Si estás estudiando, crees que tendrás muchísimo más tiempo para hacer las cosas que te gustan.
Pero tus padres utilizan el verano para obligarte a hacer un millón más de tareas de las que tenías antes.
8. Das por sentado que lograrás capturar una bonita foto saltando en la playa.
Pero acabas discutiendo con tu amiga, que no es capaz de sacar ni una puta foto. Que es que manda narices.
9. Esperas combatir el calor refrescándote junto a la piscina.
Pero al final acabas mojándote con la manguera.
10. Esperas estar sin preocupaciones, feliz y boyante en cada fiesta de verano.
Pero te das cuenta de que nada (ni siquiera el verano) es como parecía que iba a ser.
Este artículo ha sido traducido del inglés.