Empezó con algo suave.

Algodón suavecito.

Suavecito, suavecito.

Se siguió hasta mis orejas.

Como un dandi de la suavidad.

Llegó a mi corazón.

Con un cojín bien suave.

Confirmado: la flor de cempasuchil es muy suavecita.

Suave, suave.

Suavecito.

En la cabeza.

Y en el peluche.
