En la calle de Liverpool, en la colonia Juárez de la Ciudad de México, hay un localito que vende pizzas con masa de maíz azul.
Fuimos a platicar con Alejandro Souza sobre Pixza que, más que un restaurante, es un proyecto de empoderamiento social.
La idea salió en una plática de bar entre amigos.
“Busqué un pizzero. Comprobamos que la receta era viable, y le dije: 'haz que suceda.' Cuando vi que sí estiraba la masa me puse a llorar.”
Todos los ingredientes son endémicos y se compran a productores locales.
Nopales, chapulines, papas con chorizo, rajas, enchiladas, tamales, chiles rellenos...
Estas pizzas sólo pueden estar hechas en México.
Y a pesar de que la Pixza es una maravilla por sí sola, lo más increíble es lo que pasa después...
Por cada cinco rebanadas que venden, Pixza entrega una gratis a personas que lo necesitan.
Arriba de la caja hay un contador que indica el número de rebanadas por entregar y las entregadas.
Si provocas la acumulación de una Pixza por entregar en el conteo, te dan una hoja para que le escribas una nota a quien vaya a recibir una rebanada de tu parte.
Una vez a la semana, se entregan esas rebanadas prometidas.
Con cada rebanada entregan una pulsera azul que marca La Ruta del Cambio.
Esta es una manera de registrar la constancia y el compromiso que la gente tiene con el proyecto.