1.
Él decide cuándo te va a dejar trabajar y cuándo no.
2.
A veces, te deja dormir en SU cama.
3.
No importa qué tanto te esfuerces, nunca será fácil complacerlo.
4.
La casa que comparten se convirtió en un espacio adaptado para su felicidad.
5.
Vives en medio de una nube densa de pelo de gato.
6.
Tu comida, bueno, tampoco es totalmente tuya.
7.
Has dejado de hacer muchas cosas porque el gato se sentó en ti y sientes feo moverlo.
8.
Tuviste que deshacerte de varias amistades porque no les gustaban los gatos.
9.
Dejas que tu gato te bese en la boca, a pesar de que lo has visto lamiéndose los genitales.
10.
Tu gato decide todos los horarios, incluso los de su comida.
11.
Tiene más juguetes que tú cuando eras chiquito.
12.
Si alguna vez compras comida que no le gusta, ni modo, vas a tener que volver a la tienda por otra bolsa.
13.
Tiene el poder de destruir lo que quiera y nunca enfrentar las consecuencias.
14.
Tu gato es tan jefazo que, si tienes perro, también a él le manda.
15.
Para él no existe el concepto de privacidad.
16.
Si te atreves a llegar a casa oliendo a otro gato, se te va a armar.
17.
Nunca sabes si quiere estar contigo o ignorarte, pero tienes que aceptar lo que él elige.
18.
Pero, un simple gesto suyo puede hacer que olvides sus berrinches y destrozos.