Cómo el feminicidio de una niña de 13 años sacudió a toda una comunidad en Oaxaca

    Angélica fue asesinada cuando iba caminando a la secundaria por su vecino, un hombre 23 años mayor que ella. Su muerte conmovió a miles de personas en la región Mixteca.

    SANTIAGO JUXTLAHUACA, OAXACA.- Ese martes, Angélica habría tenido que llegar a la secundaria a las 7:30 de la mañana. Pero a esa hora su cuerpo fue hallado en el río Mixteco, atorado sobre unas piedras.

    Este ciclo escolar fue el primero que la niña de 13 años comenzó a irse sola a la secundaria. El 4 de diciembre de 2018 parecía ser un día normal para la adolescente que diario caminaba cerca de 2 kilómetros para llegar a su escuela, ubicada en la entrada de Santiago Juxtlahuaca, un pueblo enclavado en la región Mixteca, justo en los límites de Oaxaca con Guerrero.

    Angélica se despertó minutos antes del amanecer, se paró de la cama que compartía con Karina; su hermana mayor, se bañó, se puso el uniforme, su papá le preparó un jugo de naranja, su mamá la peinó y le dio dinero para que desayunara en la escuela. Se despidió de sus padres cerca de las 6:55 de la mañana y se adentró en la vereda del río Mixteco. Como ella, decenas de personas recorren diario este mismo camino para cruzar al centro del pueblo.

    Conforme uno avanza por esa senda, el camino se hace más estrecho; la medida es apenas la de una zancada. Lo único que se escucha en esa zona es el agua que corre y lo único que se observa es el monte. En esta temporada es una zona fría especialmente por las mañanas.

    Antes de que la menor tomara camino a la escuela, un hombre de 36 años de nombre Margarito Ángel Cuesta, que vivía a escasos 50 metros de la casa de la niña, se adelantó en su bicicleta a esperarla a la mitad de la vereda. Así que cuando la adolescente pasó por ese lugar, se encontró al sujeto que había sido su vecino de toda la vida.

    Margarito la agredió sexualmente –le quitó la ropa interior– y después la golpeó en la cabeza hasta matarla, arrojó su cuerpo al río y se regresó, en esa misma bicicleta, a su casa.

    El río arrastró el cuerpo de la menor un kilómetro más hasta que se atoró con unas piedras. Los vecinos alertaron a la policía del hallazgo, y los agentes, a su vez, le avisaron al director de la Escuela Secundaria Técnica 22 de Santiago Juxtlahuaca que una alumna de segundo de secundaria, llamada Angélica Flores Villa, había sido encontrada sin vida en el río Mixteco, querían que la escuela ayudara a dar con los padres de la menor. Angélica todavía portaba su credencial escolar.

    Juxtlahuaca es la cabecera municipal y cuenta con 9,565 habitantes, cuatro agentes de investigación y 20 policías municipales. La Técnica 22 es una de las dos secundarias que existen, la otra se ubica todavía más lejos, al otro extremo de la comunidad.

    Hasta ese momento, nadie en el pueblo sabía lo qué había pasado.

    Fue el director de la escuela, el maestro Sergio Armando León, quien le tuvo que dar la peor noticia de su vida a Tomás Flores, un mixteco de 42 años que pasó 7 años trabajando en Oceanside, California, hasta que volvió a Oaxaca en 2005 debido a la falta de dinero para pagar la hipoteca. Su hija más pequeña había sido asesinada esa mañana.

    – Estábamos en las tardes, descansando, viendo la tele y llegaba y me decía ‘abrázame, papi, porque yo soy tu bebé’, así fue hasta las últimas fechas–, dijo su padre entre lágrimas.

    Al recibir la llamada, el primer pensamiento de Tomás fue que podría ser víctima de una broma pesada, hasta que recordó se trataba del director, una persona que no tendría ninguna razón para bromear de esa forma.

    Cuando su celular sonó, el padre de Angélica trabajaba en la construcción de una obra en una comunidad a 10 minutos de su casa. Una vez que tomó consciencia de que esto no era ninguna broma, se soltó a llorar y a gritar sin consuelo. Después, se comunicó con su hijo mayor para que localizara de inmediato a Evarista, su esposa y madre de Angélica, quien al momento del feminicidio se encontraba en la plaza central de Juxtlahuaca vendiendo los totopos que preparaba en su cocina.

    Dos horas después del asesinato, casi todos en la secundaria ya sabían lo que había pasado. La reacción más grave fue la de Karina, su mejor amiga. Juntas pasaron muchas tardes haciendo tareas, iban a la feria, escuchaban canciones de C-Kan, MC Davo y T3R Elemento, hablaban de los niños que les gustaban y chateaban por Whatsapp. Entre varias maestras trataron de consolarla hasta que llegaron por ella. A la fecha, la niña mantiene el semblante de quien no logra dimensionar un crimen que pudo haberle ocurrido a ella, viviendo en un país –como México– en el que 9 mujeres mueren al día y durante el año en el que los feminicidios de menores de edad se dispararon.

    –Teníamos un dolor muy profundo en nuestro corazón, porque ella era una gran persona y no esperábamos que se fuera así, no se lo merecía–dijo la amiga.

    La comunidad estudiantil estaba sacudida; maestros, alumnos y personal de la escuela no daban crédito a la tragedia. Esa misma secundaria hace apenas unos meses había sido conocida en los noticieros por ser la escuela de Juan Carlos Ramírez, el niño triqui del reality show “Máster Chef Kids”.

    El feminicidio de Angélica se asignó a la Fiscalía de Huajuapan de León, otro municipio, porque ese día la fiscal de Juxtlahuaca, Janet Lázaro Mendoza, estaba en un curso. Pero mientras eso se tramitaba, los agentes ministeriales de la comunidad tenían el cuerpo de la pequeña y trataban de contener el dolor de los padres, desesperados porque hasta el mediodía no habían podido cerciorarse con sus propios ojos de que la niña encontrada en el río realmente fuera Angélica, a quien únicamente pudieron reconocer a través de una fotografía.

    –Ellos decían que era muy fuerte para nosotros, que mejor esperáramos porque íbamos a querer tocar el cuerpo o algo, e iba a obstruir su investigación– confesó el padre de Angélica.

    Al mismo tiempo que Tomás y Evarista suplicaban por ver el cuerpo de su hija, un grupo de policías comenzaban a buscar pistas para dar con el responsable de este crimen. A los papás de la niña les preguntaron si tenían enemigos, si sospechaban de alguien y si entre sus vecinos había alguien que tuviera bicicleta, pues en la senda donde la menor fue asesinada quedaron, entre otro tipo de huellas, marcas de llantas.

    Cuando una patrulla dio con Margarito, él caminaba por la colonia junto a otro hombre, como si un par de horas antes no hubiera ocurrido nada. Pero en cuanto los policías se le acercaron para entrevistarlo, salió corriendo. Tras una breve persecución, Margarito fue detenido y en su casa se encontró la bicicleta. También hubo testigos que lo vieron con cerca del río con la ropa mojada. Actualmente, se encuentra en el centro de detención de Huajuapan de León y de ser sentenciado sería trasladado al penal de Etla.

    “En 48 horas la @FISCALIA_GobOax judicializa el caso de feminicidio suscitado en #Juxtlahuaca, ya se tiene al probable responsable detenido”: @RVasconcelosM

    En cuanto esta novedad corrió por los chats y las conversaciones de a pié, la poca familia que tiene Margarito en Juxtlahuaca huyó del pueblo. Hace menos de un mes, la gente intentó linchar a un ladrón; amarrándolo a un árbol en un parque, hasta que un cura logró convencer a la multitud de no hacerlo.

    –Si (el agresor) hubiera salido ese día... ese día hubo muchas especulaciones en redes sociales y la gente estaba muy enojada y tiene razón, si vamos a dejar que esto pase así nomás, fácil, al rato (ocurre) otro y otro caso, se nos va a hacer costumbre y la sociedad nos vamos a acostumbrar a este tipo de vida. La gente tiene razón–, dijo el padre en relación a que Margarito pudo haber sido linchado.

    Los padres de Angélica no podían creer que su vecino de una década, a quien saludaban todos los días y quien conocía a sus cuatro hijos fuera el responsable de semejante crimen.

    –Sentí feo porque es vecino y nos llevábamos bien con él– expresó la mamá.

    Una semana después del crimen, Tomás admitió que siempre se le hizo raro que Margarito, por su edad, no tuviera familia, ni ocupación, que nada más anduviera rondando el pueblo en su bicicleta "puro vuelta y vuelta en la calle"; se le hacía sospechoso.

    En la escuela rumoraron que la niña ya había dicho que un hombre la acosaba y Miguel Ángel López, coordinador regional de agentes fiscales de Huajuapan de León, admitió a Buzzfeed News México que el detenido "quería que fuera su novia y ella lo rechazaba". Pero su padre niega esto, él nunca tuvo esta conversación con la niña, "tal vez con sus hermanos o su mamá", dijo, pero Evarista también lo negó.

    –Me gustaría agregar un mensaje a todos los padres, como yo, tener más cuidado, más precaución y no confiar mucho. Una mínima duda, que vea uno algo irregular, hay que tratar de evitar muchas cosas, yo me confié que eran vecinos buenos, gente conocida, pero sin saber que muy cerquita de mí estaba este tipo de persona que hizo esto con mi hija– expresó Tomás.

    El 4 de diciembre de 2018 para una gran parte de la gente de Juxtlahuaca terminó con el velorio de Angélica, en la sala de su casa, una residencia que tiene el sello de haber sido construida por un migrante, la fachada es muy similar al típico hogar californiano; con un jardín que rodea la construcción, pórtico y una cerca.

    Angélica fue descrita por sus padres, hermanos, amigos y maestros como una niña inteligente, activa y amiguera que disfrutaba de ir a la escuela y soñaba con ser maestra. En la primaria se ganó el puesto como la abanderada de la escolta y en la secundaria tocaba el tambor en la banda de guerra.

    –Iba para defender a las mujeres, ella defendía a su género, sin regañarte pero te decía 'profe, eso está mal'– expresó el maestro de Ciencias, Jorge Mario Hernández López

    Por esa razón, cuando la comunidad estudiantil supo de su asesinato, se organizó para crear pancartas pidiendo justicia con pancartas que decían "Todas Somos Angélica" y "Juxtlahuaca Sin Violencia". También se realizó un homenaje de cuerpo presente en el que sonó la marcha militar "Marinos", la preferida de la niña.

    La prensa de Oaxaca documentó el funeral en la secundaria; el sepelio de una niña organizado por niños con caras llenas de dolor cargando el ataúd de su compañera. Acompañados por su maestros y padres, caminaron por las calles principales hasta el Panteón Municipal, donde a la fecha siguen inflados varios de los globos blancos que llevaron a la ceremonia. Angélica fue enterrada con sus instrumentos musicales.

    Al siguiente día, contaron los profesores, todos los alumnos de Segundo B regresaron a la escuela con los ojos hinchados.

    Para los padres de la niña es prácticamente imposible evocar ese día. Evarista recuerda que se sintió tan mal que se desmayó y terminó en un consultorio médico. Quienes se han encargado de que la familia mantenga, por lo menos, un poco de cotidianidad son los parientes que viajaron de Estados Unidos y la frontera para apoyarlos con las tareas de la casa; una prima de Ensenada se encargaba de cocinar y preparar café, el abuelo cuidaba al resto de los nietos, y los sobrinos se alegraban jugando con La Güera, una gata que era de Angélica.

    Una semana después de la tragedia, Tomás y Evarista aseguraron, molestos, que ningún medio de comunicación de los que publicaron la historia del funeral los contactó para cerciorarse de algunos datos. Como el que su hija andaba en una calenda (fiesta popular oaxaqueña) y estuvo desaparecida dos días, que se difundiera un artículo de Angélica con la fotografía de otra mujer muerta, o que dijeran que el “error” de la niña había sido tomar el camino corto para llegar al centro del pueblo, en vez de tomar la carretera.

    Precisamente una semana después del entierro, las autoridades de Huajuapan llamaron a los padres de Angélica para la primer audiencia con el presunto asesino. En ese primer encuentro, según Tomás, su vecino decía que le dolía la cabeza pero no declaró estar enfermo, “serán los remordimientos de conciencia”, dijo. Margarito pidió un intérprete de mixteco y solicitó una segunda audiencia que será en 5 meses.

    En ese contexto, el diputado local Arsenio Lorenzo Mejía protestó en el Congreso por este hecho y exigió la aplicación de la alerta de género. Esto atrajo más atención de la sociedad al caso de Angélica. En 2018, según el representante de la Fiscalía General de Oaxaca, Miguel Ángel López, se registraron 3 feminicidios en la región de Juxtlahuaca, incluyendo el de Angélica. En Oaxaca, el Secretariado Ejecutivo registró 23 feminicidios y 80 muertes dolosas de mujeres.

    –Juxtlahuaca es uno de los puntos más rojos en cuanto a este tipo de delitos: feminicidios. Tenemos procesada a otra persona que incluso fue policía municipal y privó de la vida a su esposa– expresó.

    Toda Juxtlahuaca supo de este crimen y la ubicación de la casa de los Flores Villa ahora es información de dominio popular. El director de la escuela aseguró que una gran parte de las niñas y niños de la secundaria han dejado de irse solos. El patrullaje no aumentó pero el temor sí y los padres de Angélica quieren que las autoridades los escuchen para que esa vereda se convierta en una calle.