1.
Apenas llega tu aguinaldo y tú ya te lo estás chingando como si fueras putrimillonario.
2.
Tienes planeada toda una estrategia de qué, cómo y cuándo vas a comprar tus regalos.
3.
Pero aún así el día que vas de compras básicamente vives en el centro comercial.
4.
Conoces tan bien las tiendas que puedes encontrar la estación de envoltura de regalos en cuestión de segundos.
5.
Y obviamente has pasado ahí una buena parte de tu día.
6.
Te llega tan duro el espíritu navideño que compras regalos para personas que apenas y conoces.
7.
Y aunque sabes que recibirás regalos de los demás, aprovechas para darte tu propio regalo.
8.
Y tal vez te compras un alguito para lucirlo en la cena.
9.
Al final del día tienes tantas bolsas que ocupas los pasillos completos en el centro comercial.
10.
Y de tanto cargar y caminar acabas con un malestar físico.
11.
Básicamente llega un punto en el que, a pesar del dolor, no puedes parar de comprar.
12.
PORQUE PARA TI ES ÉPOCA DE DAR Y PARA DAR TIENES QUE COMPRAR.
13.
Uno pensaría que tu adicción se muere después de Navidad…
14.
PERO NO, porque para ti lo que sigue son las rebajas navideñas.
15.
Y todo el proceso se repite.
16.
No es hasta que se van los Reyes Magos que realmente sientes el impacto de tus decisiones.
17.
Juras que no lo volverás a hacer nunca.
18.
*Nunca... hasta la Navidad del año siguiente.
