AMLO parece imparable pero si esto pasa todavía puede perder

    Una ventaja de dos dígitos sobre sus rivales. ¿Es inevitable la victoria de Andrés Manuel López Obrador, o alguno de estos escenarios hará que pierda por tercera ocasión?

    La pregunta que todos se hacen no es si ganará, sino si hay algo que pueda detenerlo.

    Con un 26% de ventaja sobre su rival más cercano, según una nueva encuesta publicada el miércoles, Andrés Manuel López Obrador ya está celebrando una victoria anticipada, un mes antes de que la gente vaya a las urnas.

    "Están pensando que se van a recuperar aquí, que van a remontar su desventaja. Piensan que van a recuperarse, para compensar la diferencia", dijo López Obrador con una sonrisa sutil durante el segundo debate presidencial oficial, a principios de este mes. "No van a lograrlo". BuzzFeed News habló con nueve expertos en política y encuestadores sobre lo que podría evitar que López Obrador gane su tercera elección presidencial. El consenso: muy poco.

    "Si todo transcurriera con normalidad, yo creo que esta elección esta tan cantada como lo puede estar", dijo Carlos Bravo Regidor, analista político y director de periodismo de CIDE.

    No es que López Obrador, un populista que despierta el fervor religioso entre su base izquierdista, sea inmune a la controversia. Lo llamaron "autoritario" después de arremeter en Twitter contra un periodista crítico. Su propuesta de concederle amnistía a líderes de los cárteles de drogas desató controversia. Y mucha gente critica que ha incorporado a varias personas cuestionables a su equipo, incluido un exjefe del sindicato minero que fue acusado de robarle 55 millones de dólares a los trabajadores.

    Existe una fuerte oposición a López Obrador, especialmente entre la comunidad empresarial, que está asustada por la promesa del candidato de acabar con la "mafia del poder", un término general que acuñó para la élite del país. Es tal la preocupación que existe un movimiento a favor del voto útil: un voto para quien esté en el segundo lugar.

    Pero muchos mexicanos están tan hartos de la corrupción generalizada que parecen dispuestos a perdonar más de lo habitual, si eso significa que va a llevar al país por un camino diferente.

    "Tienes a alguien que puede permitirse un cierto número de errores", dijo Gabriel Guerra, un consultor político que ha trabajado con todos los principales partidos de México, "y luego tienes a alguien que tiene que hacerlo todo perfecto", añadió, refiriéndose a a los otros candidatos.

    Entonces, ¿qué podría descarrilar al llamado candidato de teflón?

    1) Las encuestas en sí podrían estar mal.

    La mayoría de las encuestas han demostrado sistemáticamente que López Obrador tiene una ventaja cómoda y cada vez mayor. Una de las más fiables, dirigida por el periódico Reforma, le da a López Obrador 52% del voto, venciendo a su rival más cercano, el conservador Ricardo Anaya, por 26 puntos.

    Incluso las estimaciones más conservadoras, como la encuesta de GEA-ISA, le dan a López Obrador, ex jefe de gobierno de la Ciudad de México, una ventaja del 5%. Pero algunos expertos advierten que la mayoría de las encuestas no están tomando en cuenta a las personas que aun no deciden por quien votar, o que se negaron a participar en la encuesta.

    La encuesta de Reforma, por ejemplo, excluye las respuestas de quienes decidieron no responder a la pregunta de por quién votarían: el 17% de las personas contactadas. El grupo "otro o indefinido" de GEA-ISA ronda el 21%.

    "¿Quién podría descarrilar a López Obrador?", preguntó Isabela Corduneanu, fundadora de RoundVox, una empresa consultora de opinión pública. "Los indecisos". Señaló que el tamaño del grupo que no respondió o estaba indeciso es más o menos el mismo que el porcentaje que separa a los dos principales contendientes. Los encuestadores dicen que el argumento es erróneo, especialmente dado el abrumador margen de López Obrador entre los que tienen decidido su voto.

    "Estas asumiendo q todo un porcentaje de gente que no se ha decidido por quien votar se va a decidir este día en unísono por un candidato", dijo Lorena Becerra, responsable de la encuesta de Reforma. "Si incorporamos cualquiera de esos errores que se han hecho muy visibles, ninguno te da para que haya un cambio de ganador", añadió Francisco Abundis, fundador de Parametría, otro encuestador de confianza.

    2) Morena aún podría ser un partido demasiado joven.

    Poco después de que López Obrador perdiera su segunda candidatura presidencial en 2012, abandonó el Partido de la Revolución Democrática y fundó el Movimiento de Regeneración Nacional, o Morena. Se registró oficialmente como partido hace menos de cuatro años.

    Según la encuesta de GEA-ISA, el 73% de los encuestados ha oído hablar de Morena. Pero más que una marca, lo que garantiza los votos en México es la red de voluntarios y operadores en todo el país y que garantizan que la gente pueda llegar a las urnas (a veces a cambio de televisores, canastas de comida u otros regalos).

    Algunos analistas dicen que Morena es demasiado joven para haber desarrollado esa red. "No veo una organización de estructura que este soportando la elección", dijo Valeriano Ramírez, experto en política de la Universidad Nacional Autónoma de México.

    Parte de esa estructura incluye personas que están presentes en los centros electorales, asegurándose de que no haya juego sucio, o que lo haya, a su favor, añadió Ramírez. El partido del Gobierno, el Partido Revolucionario Institucional, o PRI, logró mantenerse en el poder durante 71 años ininterrumpidos, hasta 2000, en gran parte gracias a esta estructura. El candidato del PRI, José Antonio Meade, ocupa el tercer lugar, pero algunos analistas dicen que la maquinaria que hay detrás de él podría darle una ventaja significativa el día de las elecciones. "El único que puede plantear un desafío realista es Meade", dijo Guerra. "Meade tiene la estructura, que es sorprendentemente fuerte y efectiva".

    3) Los problemas de salud de Obrador podrían volver a atormentarlo.

    A fines de 2013, López Obrador ingresó a una clínica a media noche, con dolor en el pecho y el cuerpo empapado de sudor. Estaba teniendo un infarto y tuvo que someterse a una cirugía.

    Desde entonces, ha habido rumores en torno a la salud del candidato de 64 años. Recientemente alcanzaron un punto álgido, similar al que enfrentó Hillary Clinton en 2016.

    ¿Ha tenido desmayos? ¿Se marea entre la multitud mientras hace campaña? "Se tambalea al terminar sus eventos, en medio de eventos incluso", dijo Fernando Morales, un consultor de campaña de la excandidata presidencial Margarita Zavala. "Tartamudea, tiene que reflexionar aun mas de normal". El periodista Raymundo Riva Palacio fue más allá en una columna para el periódico El Financiero a principios de este mes.

    Según Riva Palacio, López Obrador contrató a un médico cubano de fama mundial que trabaja en Miami para viajar a México, a veces incluso cada dos semanas, para hacerle chequeos. Su campaña no respondió a una solicitud de comentario sobre el reclamo. "Su salud no es óptima", escribió Riva Palacio, diciendo que López Obrador "estuvo prácticamente muerto sobre la plancha del quirófano" durante su infarto de 2013. López Obrador usó su tiempo durante el segundo debate presidencial este mes para contrarrestar los rumores usando una metáfora del béisbol: "Estoy al 100%. Todavía me gusta batear. Estoy bateando por encima de .300".

    4) AMLO podría terminar por sabotearse a sí mismo.

    Los mexicanos perdonan, pero no olvidan.

    Durante la campaña presidencial de 2006, López Obrador le dijo al entonces presidente Vicente Fox, que había criticado algunas de sus propuestas, que se callara, refiriéndose a él como un "chachalaca", un pájaro que habla incesantemente. Ese año, decidió no ir a uno de los debates presidenciales, una decisión que según los analistas contribuyó significativamente a su derrota.

    En 2012, los medios de comunicación mexicanos informaron que López Obrador dijo que tenía "menos vigor" que durante su primera carrera presidencial.

    Durante esta campaña, la gente ha observado a López Obrador no tanto para ver lo que hace, sino para ver si no se mete el pie a el mismo. "El mayor riesgo para AMLO es el propio AMLO", dijo Eric Olson, asesor principal del Instituto de México en el Centro Académico Internacional Woodrow Wilson.

    Pero López Obrador ha dejado atrás su version combativa e impulsiva, convirtiéndose en una persona alivianada e incluso cómica. Después de que el Washington Post lo acusase de tener vínculos con Rusia, publicó un video en Twitter en el que se hacía llamar Andrés Manuelovich y decía que estaba esperando a que llegara un submarino lleno de oro desde Moscú al puerto de Veracruz, donde estaba esperando.

    Cansados de sentirse engañadas por la clase política después de casi seis años de lo que parece ser una corrupción récord, muchos mexicanos parecen ansiosos por ver ganar por fin a un hombre a quien muchos creen que le robaron la victoria. "Mientras más le golpean, más personas se unen a su movimiento", dijo Corduneanu.

    Este post fue traducido del inglés.