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27 Cosas que entenderás si echaste la cascarita con tus amigos

Por todas esas rodillas raspadas, balones volados y partidos que se definieron con un "gol gana".

1. Primero lo primero: la selección de los equipos...

2. Los capitanes eran los que jugaban más chido y casi siempre eran delanteros.

3. Y, la neta, si te escogían al último, era por maleta.

4. El portero siempre era el que menos se rifaba con los pies, o en su defecto, el más grande.

5. Hablando de porteros, era perfectamente válido el "portero ambulante"...

6. Y también funcionaba al revés: si un jugador que no fuera el portero estaba en el área y quería meter la mano sólo le bastaba gritar fuerte y claro “¡cambio!”.

7. Porque no había árbitro, ni reglas claras.

8. Y las faltas sólo se marcaban si el jugador lloraba o se lastimaba de verdad.

9. Más de uno terminaba con las rodillas y los codos hechos trizas. Raspones, cortadas y moretones eran el pan de cada día.

10. Y ni hablar de los pantalones, siempre terminaban todos agujereados.

11. También se valía sacar la clásica “pido mano”, por si el balón se atoraba abajo de un coche o en un árbol y necesitabas usar las manos para sacarlo.

12. Y si no se juntaban suficientes jugadores para la cascarita, nunca fallaba el "gol para".

13. Si jugaban en una cancha de la colonia, probablemente se parecía a una de éstas:

14. Y si jugaban en la calle, el partido estaba a la merced de los coches y los transeúntes. Se paraba el juego para que pasaran y si de plano no dejaban de pasar se cancelaba.

15. A falta de porterías en la calle, se ponían piedras, suéteres o lo que estuviera a la mano.

16. Si echabas la cascarita en la escuela, no había clásico más grande que cuando se enfrentaba el grupo A contra el B.

17. Cuando un gol era polémico, la regla universal para resolver el conflicto era el "gol o penal".

18. Tenías el compromiso ético y moral de ir por toooodos los balones que volabas.

19. Aunque te matara de miedo ir a tocarle a tu vecino si el balón había caído en su casa.

20. Porque seguro rompiste más de una ventana con un balón...

21. Y si de plano no lo recuperabas, siempre se podía improvisar con una botella, una bola de papel envuelta en cinta adhesiva o suéteres viejos amarrados.

22. Y seguuuro llegaste a jugar con un balón así:

23. Aunque hay que aceptar que no había balón más chido que el Total 90 de Nike.

24. Cuando llovía, el partido se volvía lo más épico del mundo. Te sentías como jugando en Inglaterra una final de la Champions.

25. Y ni hablar cuando la reta era “de a chesco” y se apostaba un refresco contra el otro equipo.

26. Pero nada, NADA tan emocionante como cuando un partido se decidía con “gol gana”.

27. Claro que todo terminaba en realidad cuando el dueño del balón tenía que irse o cuando tu mamá intervenía con el clásico “ya métete a la casa, ¡a comer!”