1. Por arte de magia, tus padres se vuelven mucho más buenos de lo que eran contigo.
2. Te dan más dinero del que normalmente te daban.
3. Y por lo mismo, tienes doble domingo.
4. Doble de todo.
5. Uno te da el permiso que el otro no quiere darte.
6. Ahora tienes dos casas. Dos recámaras. Dos espacios solo para ti.
7. ¡Doble regalo de navidad, de cumpleaños y hasta del Día del Niño!
8. Y por alguna razón, Santa Claus y los Reyes también compensaban el hecho de que tus papás no estuvieran juntos.
9. Tus fines de semana adquieren un nuevo nivel.
10. En pocas palabras, por primera vez en la vida tienes un poder inmenso de manipulación con tus padres.
11. Y eso, sin contar todos los esfuerzos que el noviecito o la noviecita de tus papás hacen por caerte bien.
12. Puedes saltarte clases para ir con la psicóloga de la escuela.
13. Y tienes una ~excusa~ para reprobar.
14. Tu percepción del mundo cambia. Pones en tela de juicio muchas convenciones sociales que antes no te cuestionabas.
15. Te vuelves un poco más independiente.
16. El shock te obliga a madurar más rápido, y así, logras entender mejor las relaciones humanas.
17. Y lo mejor de todo... Nunca más vas los volverás a escuchar haciendo el amor.
