1.
Saber que no importaba si el fin de semana tenías una fiesta o cero planes, siempre ibas a tener, mínimo, un grano llamativo.
2.
Todo el mundo te aconseja sobre qué tratamiento deberías probar a continuación.
3.
Y probarlos todos antes de tener que llegar al más temido...
5.
Esta pastillita es como una cancelación de la diversión.
6.
Y te obliga a cargar con estos a todos lados.
7.
Categorizar cada una de tus nuevas adquisiciones es una tarea sencilla:
8.
El momento aterrador en el que escuchas la historia del tipo que se tronó un granito y le dio una infección que casi lo mata.
9.
Huir de la tía/prima/amiga que siente una satisfacción casi erótica por tronarte esos granitos.
10.
O saber que esa persona eres tú.
11.
Llenarte de miedo de pensar que puedes quedar marcad@ de la piel.
12.
Esos tiernos apodos que se te quedaron grabados como "cara de pizza", "la cárcel" o simplemente "volcán".
13.
Si eres mujer, te conviertes en una maquillista profesional cubriendo tus granitos.
14.
Siempre te sientes grasosit@, no importa si te acabas de bañar.
15.
La incomodidad de saludar de beso a una persona y sentir el dolor y la presión en uno de tus granitos gigantes.
16.
Abandonaste el chocolate porque te juran y perjuran que te causa granitos.
17.
Tal vez hay días en los que no quieres salir de tu casa porque crees que la gente solo ve granos en lugar de tu cara.
18.
Y quizá has perdido muchas oportunidades con el sexo opuesto por culpa de la maldita pena.
19.
Sabes perfecto que no debes romper ese granito aún pero es que es tan grande y se ve tan feo...
20.
Que sabes que vas a hacerlo de cualquier forma.
21.
Revivir en cámara lenta esos momentos en los que explotas un granito frente al espejo y ves la grasa salpicada en tu reflejo.
22.
Las fotos en las que tu acné es protagonista son incontables.
23.
Y a pesar de tanto sufrimiento, ahora sabes que los granitos y las marcas en la cara no dictan quien eres en realidad.
