1.
Pasa que has intentado de todo para conciliar el sueño...
2.
Y el resto del día estás tan cansado que apenas y puedes funcionar como un ser humano (o mapache) normal.
3.
Los viernes pueden, o pueden no, ser el mejor día de la semana.
4.
Luego llega gente a pareguntarte si ya has intentado ~contar borreguitos~ y tú no sabes cómo explicarles que lo has intentado todo.
5.
Pasas la noche entera cambiando de posición, de almohada, de lugar, de pijama...
6.
Más de una vez te has despertado en un lugar que definitivamente no es tu cama.
7.
No entiendes por qué tu cerebro elige la madrugada para ponerse a filosofar sobre toooodos los errores que has cometido en tu vida.
8.
Quién sabe por qué diablos a esa hora se te empiezan a ocurrir pensamientos de lo más extraños...
9.
Tener insomnio en redes sociales es igual que estar borracho...
10.
Sí, Netflix, todavía. Ya sé que son las 3 de la mañana, no me juzges.
11.
Sabes que las ojeras siempre te pinche delatan.
12.
Hasta has considerado cambiar de trabajo por uno en el que puedas dormir durante el día.
13.
Te conviertes en una víctima de tu propia imaginación.
14.
Aplica para no adolescentes también.
15.
Siempre, siempre, siempre estás cansado.
16.
Algunas veces ni siquiera es por tu culpa...
17.
Y nunca habías estado tan de acuerdo con una frase.
