
1. Princesa Leia
Si hay algo que la princesa Leia demuestra una y otra vez en Star Wars es que no hay que subestimarla. Desde su negativa a echarse atrás ante las amenazas del fascismo espacial y Darth Vader hasta su abordaje directo de los cazarrecompensas con su implacable encanto, está constantemente preparada e insistente, mostrando un comportamiento digno de cualquier princesa. Y general militar. Y senadora. Y doctora en letras.
Esto no desaparece cuando nos encontramos con esas tomas de ella ampliamente repetidas, encarcelada y obligada a llevar un bikini dorado, o como la chica que dice "te quiero" y recibe a cambio un comprensivo pero gélido "lo sé". Incluso bajo el ofuscante efecto de la mirada masculina, continúa siendo una princesa, una general militar, una senadora y aún sigue doctorada en letras.
La princesa Leia es independiente, dice el subtexto entre ella y Han. Es compasiva, dice su comportamiento con Luke. Es su autoridad lo que la define como una princesa que sufre; una extensión no solo de su linaje real sino de su inflexible y fuerte personalidad. Se ve en el fuego que nunca falta en su voz: es el sonido de una princesa que lucha por ser oída.

2. Princesa Mononoke
San, la "princesa Mononoke" o princesa de los Dioses-Lobo es una humana que odia a la humanidad. Con 15 años, vive en el bosque con las bestias y empuña una daga ante la cara de cualquiera que traspase su territorio. Ayudada por los lobos que la criaron y a menudo con la sangre del Espíritu del Gran Bosque en su boca, hay una ferocidad admirable en todo lo que hace. Es despiadadamente compasiva, tremendamente defensiva y está extraordinariamente segura de su forma de vida. En resumen, es al mismo tiempo aterradora e increíble. Pero también se le concede la posibilidad de cometer errores.
Es una película que juega con lo que significa ser humano y nuestra capacidad de destrucción; somos testigos de cómo la compresión que tiene San del mundo pasa del blanco y negro sin matices a todo lo contrario. Durante un encuentro con el príncipe humano Ashitaka, su daga está en la garganta de él mientras ella se prepara para matarlo. Pero la respuesta de él, un confuso y conciliador "eres preciosa", no es tan solo una impresionante subversión de la dinámica romántica entre dos protagonistas. Es también el principio de su viaje para reconocer la humanidad que comparte con Ashitaka.
Pero la confusión de San no hace que disminuya la seguridad con la que defiende el bosque, o la importancia que concede a la protección y preservación de su estilo de vida. La fortalece. A medida que continúa la batalla, acepta la incertidumbre de lo que desconoce mientras lucha por lo que cree correcto.

3. Princesa Chicle
Con el pelo largo y vestida de rosa, la princesa Chicle es la dirigente amable y compasiva que esperarías en un lugar llamado Reino del Caramelo. La princesa Chicle, de Hora de Aventuras, es la que está, probablemente, más cerca de la imagen estereotipada de una princesa en esta lista, pero es también algo más que una consecuencia de la dulzura empalagosa.
Los espectadores de Hora de Aventuras ven a la princesa Chicle inventar experimentos, combatir intrusos, practicar bioingeniería en calabazas. Su papel en la serie ilustra sutilmente que la dulzura, el ingenio rápido y la inteligencia no son mutuamente excluyentes. Acreditada como inventora además de diplomática y real, tiene el título oficial e incuestionable de "princetífica retornada" (princesa científica). Para un programa de televisión dirigido a niños, una princesa que aparece igual de familiar con una bata blanca de laboratorio y gafas que con un vestido rosa y una corona, es tremendamente importante.

4. Pippi Calzaslargas
La fuerte pelirroja sueca preferida de todo el mundo es también, sorprendentemente, una princesa. Hija de un marinero de los Mares del Sur, la princesa Pippilotta Comestibles Windowshade Curlymint Ephraimsdaughter Longstocking muestra la amabilidad y compasión que se han convertido en la esencia del comportamiento esperado en la raleza. Aunque los exhibe sin ningún entrenamiento formal ni florituras.
No se ponen libros en lo alto de su cabeza. No hay exhibiciones de lecciones de elocución. Pippi es autosuficiente y, para ser honestos, algo más que un poco extraña. Pero de eso se trata. Ya sea poniendo a policías maleducados en los árboles o negándose a aceptar la frase "padecer de pecas" porque le encantan las suyas, el ingenio rápido de Pippi muestra una confianza que los adultos no le pueden quitar. Por ejemplo, tras retar al fuerte Adolf a un combate de lucha en el circo, Pippi menosprecia las críticas de que será incapaz de vencerlo porque es el hombre más fuerte del mundo y dice a todos que ella es la chica más fuerte del mundo. No es sorprendente que acabe ganando el combate de lucha.
Desordenada y valiente, es la imagen de la fuerza no convencional; tanto metafórica como literalmente. Pero lo que a Pippi le falta en modales lo compensa en corazón. Su enfoque directo para la acción le hace ganarse el apoyo y admiración de todos en el pueblo. Es realmente una "princesa del pueblo".

5. Starfire de Tamaran
Princesa extraterrestre, Starfire de Tamaran, una creación de DC Comics, es más conocida por ser parte de los Jóvenes Titanes. Sensible e ingenua, transmite la dificultad de ser extranjera en un lugar y al mismo tiempo estar segura de quién eres y de dónde vienes. "Siempre habrá gente que diga cosas mezquinas", afirma después de que le digan un insulto racial. "Y a veces no pueden cambiarse sus mentes. Pero hay mucha gente que no juzga a los demás en base a su aspecto o lugar de origen. Esa es la gente que importa más".
Aunque a menudo se le resta importancia y se la considera la más rara de los Jóvenes Titanes por hablar con una extraña sintaxis o entender las broma la última, verla como débil hace que se ignore su lealtad, amabilidad y vena protectora. Es una princesa que cree firmemente en hacer lo correcto, que es juguetona y confiada, y que transmite una visión del mundo que está condicionada por un fuerte límite moral. Pero la fuerza definitiva de Starfire está en su hábito natural de aportar a sus luchas y días malos una positividad que es casi una aspiración. Acepta sus propia vulnerabilidad sin avergonzarse.

6. Tormenta
Ororo Munroe, hija de una reina tribal de Kenia que fue criada en Harlem y El Cairo, es otra superheroína cuyo linaje real se olvida a menudo. Es una de los superhéroes más importantes de Marvel. Más que en su habilidad mutante para controlar el tiempo, su fuerza recae en su fuerte liderazgo, empatía y buen juicio, que a menudo eclipsa al resto de los X-Men.
Ya se trate de proteger a los niños de la escuela de Xavier para jóvenes superdotados de las incursiones nocturnas o electrocutar a los malos que se cruzan en su camino, Tormenta posee una gran seguridad de carácter. No le falta pasión. Cuando Rondador Nocturno le pregunta cómo alguien tan guapa puede estar tan enfadada, defiende rápidamente su rabia diciendo que es una táctica de supervivencia. Es su negativa a tolerar la injusticia lo que guía sus acciones y establece el precedente para que otros sigan sus pasos.
Una ladrona, una luchadora y, por último, también una maestra, Tormenta es uno de los personajes más competentes de los X-Men: tanto que resulta chocante que no haya tenido todavía su propia película. Tanto es así que resulta igualmente sorprendente que, en ausencia del profesor X, sea Cíclope (y no Tormenta) designado como líder del equipo.

7. Princesa Mia Thermopolis
Mia descubre que es princesa a los 16 años, y la calidez de su mundanidad es emocionante. Como la mayoría de las adolescentes, es lista, divertida y mucho más capaz de lo que ella cree. Seguimos el desarrollo de su carácter a medida que se adentra en lo que significa ser princesa y nos alegramos al ver cómo aumenta lentamente su confianza.
La heredera de Genovia aprende a comportarse de formas más diversas que aquellas relacionadas con su postura y el resultado final, aunque parcialmente relacionado con su transformación física, es satisfactorio porque también indica, finalmente, que está feliz consigo misma. "¿Yo? ¿Una princesa?" Se burla, rechazando la fantasía de quién es casi de inmediato. Sin embargo, resulta atrayente un personaje que es ella misma sin ningún recelo y que vemos negarse a ser parte del grupo de moda. La princesa Mia no renuncia a sus hábitos de adolescente. Sino que demuestra su naturaleza excepcional y sigue siendo una princesa que es ella misma sin recelo.
Este artículo ha sido traducido del inglés.