El disco rápidamente llegó al número uno de ventas en varios países y por azares del destino (una pierna rota de Dave Grohl) llevará a la banda a encabezar Glastonbury.
Lo que pocos saben es que el disco llegó al mundo en México.
En el folleto del disco explican que lo primero que hicieron para crear How Big, How Blue, How Beautiful fue viajar a Yucatán a la Hacienda de San Pedro Ochil.
Ubicada a 36 kilómetros de Mérida, es un destino turístico en medio de la nada con un pequeño restaurante, un museo y talleres artesanales.
La hacienda también alberga el Anfiteatro Ochil, un escenario diseñado por el artista californiano James Turrell.
Turrell ha dedicado su vida a trabajar en espacios que capturan la luz y la percepción de la misma por sus espectadores.
Dicho anfiteatro fue construido en la boca de un cenote con la intención de crear un escenario único en el mundo.
El compositor Philip Glass fue el encargado de estrenarlo con un concierto en 2012.
En 2015 Florence Welch viajó con un pequeño equipo a Ochil para interpretar algunas canciones del nuevo disco.
Según Welch, gran parte del álbum fue inspirado en el agua como concepto y su relación con las emociones. Así que no había mejor lugar para darle vida que un cenote.
En el booklet del disco, Welch describe la experiencia como algo “increíblemente emocional que le ayudó a darse cuenta del camino que había recorrido para llegar hasta ahí.”
El resultado del viaje aparece en el arte del disco y en el video de la canción que da nombre al álbum.
Y en algunas escenas del video de "What Kind of Man."
No es la primera vez que Florence + The Machine se inspiran en México.
La canción "What the Water Gave Me", del disco Ceremonials, fue inspirada y nombrada tras la pintura Lo que el agua me dio de Frida Kahlo.
Y la canción "Various Storms & Saints" del nuevo disco también está inspirada en una carta escrita por Kahlo.