Seis días antes de la Luna de Sangre: de repente se siente como si las personas en la fila estuvieran mucho más cerca de ti.
Cuatro días antes de la luna sangrienta; ese compañero/a de trabajo súper agradable tararea/masca goma/respira y tuú estás a punto de arrojarle tu computadora.
Dos días antes de la Luna de Sangre: te sientes como un oso sedado... un oso... cachondo... y sedado.
Un día antes de la Luna de Sangre: te pones sensible o directamente lloras.
Día 1 de la Luna de Sangre: la advertencia
Día 2 de la Luna de Sangre: la tormenta
Día 3 de la Luna de Sangre.
Día 4 de Luna de Sangre: el ojo de la tormenta.
Día 4 de la Luna de Sangre: "Era broma; estoy de vuelta, perra".
Día 5 de la Luna de Sangre: ¿por qué tiene ese color? ¿Debería llamar a un doctor?
Día 6 de la Luna de Sangre: "Era broma; sigo siendo sangre".
Día 7 de la Luna de Sangre: el proceso continúa tanto tiempo como deseen tus ovarios.