1. No puedes ni imaginarte empezar el día sin tomar café.
2. Y lo necesitas tanto que desearías que fuera intravenoso más que líquido.
3. Básicamente, ni siquiera estás viva hasta que te echas un sorbo de café mañanero.
4. Crees firmemente que el café es el mejor elixir para resolver los problemas.
5. Tus amigas saben que traerte un café es la forma más fácil de alegrarte.
6. Y salir a tomar café es la única modalidad de cita que aceptas.
7. Hasta te crees más guapa café en mano.
8. Tiendes a acabarte bastante rápido el café que tienes en casa.
9. Y te desesperas de verdad si te quedas sin café y se te olvida comprar.
10. No siempre se recibe bien tu entusiasmo al pedir un café en el bar.
11. Y a otros les cuesta entender tu necesidad y tu deseo por ese rico brebaje de cafeína.
12. Un buen café casi siempre sirve de halago.
13. Y con un café *extraordinario* nunca te tienes que disculpar.
14. No te da vergüenza la cantidad de café necesita tu cuerpo para funcionar.
15. Pero a veces sientes la necesidad de ponerte un poco a la defensiva porque otros son *muy* criticones.
16. Eres plenamente consciente de tu problema y de que el café te controla la vida realmente.
17. Pero, por más que lo intentas, te parece imposible dejar el hábito.
18. En serio, no puedes pasar ni tan solo un triste día sin consumir café.
19. Porque sabes que beber café no solo es una necesidad, sino un modo de vida.
¡Salud!
