Ekaterina Romanovskaya o "Katy Roma" es una mujer de 41 años de Moscú, Rusia. El lunes, Roma compartió en Facebook que había sido atacada hace 16 años.
El post dice:
Para mis queridos amigos angloparlantes
Mi nombre es Katya, tengo 41 años y soy una sobreviviente de un crimen.
Hace dieciséis años, a plena luz del día en una calle muy transitada, un joven que no llamaba la atención intentó iniciar una conversación conmigo. Yo me hice la digna y tenía prisa, así que la conversación no resultó muy bien para él. Resultó ser bastante ingenioso y en su segundo intento no perdió el tiempo con preguntas y sacó un cuchillo. Me rajó el cuello, me cortó el estómago y quería concluir este proceso de conocernos enterrando su cuchillo en mi corazón. Pero cada vez que lo intentaba, mis costillas u otros huesos se interponían en su camino.
Las posibilidades de que yo sobreviviera y volviera a ver la luz del día eran bastante bajas, sobre todo porque no tenía suficientes manos. Estaba usando una para detener la fuente de sangre que salía de mi cuello y la otra para detener el cuchillo. También tenía que asegurarme de que mis entrañas no se estaban saliendo por la enorme herida de mi abdomen, pero afortunadamente mis pantalones ajustados se encargaron de eso.
No estaría escribiendo esto hoy si el vecino no hubiera respondido a mis gritos de ayuda. Resumiendo, 40 minutos después yo estaba en el hospital en un estado de shock hemorrágico con nueve heridas de cuchillo en mi cuerpo. Me recibió calurosamente el mismo cirujano que cuatro meses antes me había oído quejarme de la larga cicatriz que me dejó después de extirpar mi apéndice. Yo había estado consciente durante todo el ataque, pero en cuanto empezaron a cortar mi ropa en el hospital les dije, "duérmanme, me duele."
Nunca pienso en esta experiencia como en una mala. No me queda claro que tipo de persona sería si no tuviera estas cicatrices. Tuve que aprender a escribir con mi mano izquierda, a salir sin tener miedo, a dejar de pensar que sufriría la venganza, a dejar libres a aquellos que querían irse. Vi la devoción infinita de mi familia y sentí toda la fuerza de su amor. Tuve la suerte de ver amigos y amigos de amigos ofrecer su ayuda, de ver a extraños donar sangre y traer dinero y medicinas al hospital. De ver medicamento llegar desde Alemania, de ver enfermeras de cuidado intensivo quedarse despiertas días enteros. Justo delante de mis narices, cientos de personas de repente se volcaron a cooperar entre ellos. Todo para salvar la vida de una chica ordinaria.
Cuando me levanté de la cama muchas semanas después del ataque, sentí por primera vez en mi vida que podía pararme con mis propios pies. En todo sentido. Entendí lo que significa vivir y estar vivo, y acepté toda la responsabilidad por cómo resultaría mi vida. Dejé de ser una víctima de un crimen y me convertí en una sobreviviente de un crimen.
Demasiado seguido, no podemos hacer nada con lo que el destino nos depara. Pero esto no quiere decir que cosas terribles que nos pasan tengan que superar y definir el curso de nuestras vidas. Ver cara a cara el mal es difícil y aterrador. Pero también uno puede acabar siendo increíblemente feliz.
Tuve tanta suerte. Conocí gente maravillosa, muchos a los que aún considero semidioses. He hecho muchas cosas fascinantes en mi vida. Si me hubiera muerto no habría hecho nada de eso. Y es por eso que me uní a un proyecto que busca hacer el mundo un poco más seguro. Y no es tarea fácil.
Mi nombre es Katya, tengo 41 años y soy la cofundadora de Nimb, que lanzará su campaña de financiación colectiva (crowdfunding) en Kickstarter en unos minutos.
Nimb es un movimiento para ambientes más seguros, donde la gente combina esfuerzos para ayudar a alguien en problemas, ya sean oficiales autorizados, seres cercanos, vecinos comprensivos o simples transeúntes.
Si la tecnología te permite operar un avión de combate sin pararte del sofá, entonces tenemos que usar la tecnología para salvar vidas. ¿Suena ostentoso? No lo creo, ni tampoco los cientos de personas que me escriben cada día expresando su gratitud, dándome esperanza, y contándome una historia tras otra. Enfermeras en Filadelfia que tienen que caminar a casa solas al terminar su turno, corredores nocturnos en Londres, diabéticos, personas de edad avanzada, padres preocupados, y aquellos que han visto cara a cara el mal y la destrucción. Respondo cada carta con una nota personal. Gracias por compartirlo. Yo soy una sobreviviente de un crimen también. Es por eso que me uní a este proyecto.
Para hacer el mundo un lugar más seguro. Es una meta muy ambiciosa. ¿Que porqué me estoy arriesgando? Bueno, por una cosa, porque es hermoso.
Si quieres hacer este mundo un lugar más seguro, apoya a Nimb en Kickstarter:https://www.kickstarter.com/projects/1629204423/nimb-a-smart-ring-that-keeps-you-safe-and-sound