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    Asistir a bodas en tus veintes versus tus treintas

    Ésta no es tu primera vez en el viejo rodeo de las bodas.

    Veintes: ¿La boda es en Fiji? Me quedaré sin ahorros, pero allí estaré.

    Treintas: *Mira el lugar* Ah, qué bonito. *inmediatamente marca "Lamentamos no poder asistir"*

    Veintes: Lloras cuando la novia camina hacia el altar

    Treintas: Te sales a escondidas de la ceremonia porque tu hijo está llorando histéricamente

    Veintes: ¿Fiesta de despedida de soltera? ¡EL EVENTO DEL AÑO!

    Treintas: Cena y el inútil intento de ir a un bar

    Veintes: "Claro que puedo volver a usar este vestido para un evento elegante".

    Treintas: Aceptas que nunca asistes a los "eventos elegantes" que requieren que uses un vestido de fiesta largo color rosa

    Veintes: Después de la boda , sigue la fiesta

    Treintas: Te vas en cuanto parten el pastel

    Veintes: Te sacudes en la pista de baile cuando empieza el éxito del verano.

    30s: Getting buck on the dancefloor when the hits from 10 years ago come on.

    Veintes: El regalo personal perfecto para tus amigos es algo hecho por ti.

    Treintas: Compras alguna cosa al azar de la lista de regalos que esté dentro de tu presupuesto.

    Veintes: Conoces a los amigos de la secundaria de tus amigos de la universidad, de quienes has escuchado hablar tanto.

    Treintas: Conoces a los nuevos amigos del trabajo de tus amigos de la universidad.

    Veintes: Coqueteas con los amigos del novio que sean atractivos.

    Treintas: Charlas sobre tonterías con tipos horribles en la mesa de solteros.

    Veintes: Valerosamente guardas tu teléfono para realmente disfrutar el momento.

    Treintas: Frenéticamente le envías mensajes de texto a la niñera.

    Veintes: ¡Tienes que salir a comprar un nuevo atuendo!

    Treintas: Intentas descifrar cuál vestido de los que ya tienes no has usado para una boda de ese grupo de amigos.

    Veintes: ¡BARRA LIBRE! ! ! !

    Treintas: ¡BARRA DE POSTRES ABIERTA! ! !

    Veintes: ¡Oh, por Dios! ¿Frascos? ¡Qué lindos!

    Treintas: ¡OH, POR DIOS! ¡YA NO MÁS FRASCOS!