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    23 Secretos que las enfermeras especializadas en salud sexual nunca te contarán

    Por favor, dejen de meterse tantas cosas en el ano.

    1. A menudo la gente se avergüenza cuando les decimos a qué nos dedicamos.

    2. Nuestro trabajo no es apto para personas a las que les da náuseas fácilmente.

    3. No te debe asombrar absolutamente nada.

    4. Pasado un tiempo, te insensibilizas ante los genitales.

    5. La gente se mete cosas muy extrañas en el ano, uretra o vagina.

    6. Te sorprendería saber cuánta gente ignora las ETS antes de venir a vernos.

    7. A veces nos toca echarle un vistazo a las partes de nuestros colegas.

    8. Algunos hombres tienen erecciones durante los chequeos.

    9. No podemos ayudarte si no eres totalmente sincero y nos dices qué has estado haciendo y con quién.

    10. Los pacientes realmente se abren con nosotros.

    11. Con frecuencia tratamos con gente que acaba de enterarse de que su pareja los engaña.

    12. Muchos de nuestros pacientes son bastante jóvenes.

    13. Si alguien es diagnosticado con una ITS, podemos contactar en su nombre y de forma anónima a sus exparejas.

    14. Alguna gente se enoja muchísimo cuando les llamamos.

    15. Vemos a las mismas personas regresar con las mismas ITS todo el tiempo, y esto puede ser muy frustrante.

    16. Y no puedes evitar preguntarte qué hace que las personas se comporten de cierta forma.

    17. Nuestro trabajo hace que sea un poco difícil confiar en nuestras propias parejas.

    18. Tenemos clínicas especiales para trabajadores sexuales.

    19. Ofrecemos pruebas de VIH gratuitas en todas las clínicas.

    20. También ofrecemos asesoramiento, consejo y apoyo.

    21. Una de las mejores cosas de nuestro trabajo es lo fácil que se puede lograr que alguien se sienta mejor.

    22. Recibimos tarjetas de agradecimiento (y regalos) más a menudo de lo que puedes imaginar.

    23. Pero lo mejor de todo es cuando le cambias la vida a alguien convenciéndole de que debe protegerse.

    Esta publicación fue elaborada con la ayuda de de una enfermera de salud sexual que trabaja en una clínica de medicina genitourinaria del NHS en el Centro de Londres.