1. Ir a la tienda de videos cuando tenías ganas de ver algo.
2. Tener que rebobinar toda la película de un VHS antes de poder verla.
3. Tener que voltear la cinta para ver la segunda mitad de la película.
4. Y la sensación de impotencia cuando la cinta se dañaba irremediablemente.
5. Sacrificar la internet cuando alguien quería realizar una llamada telefónica.
6. Refunfuñar cuando escuchabas el sonido del módem marcando.
7. Y saber que siempre cabía la posibilidad de que alguien en la casa estuviera escuchando tus llamadas.
8. Revisar este estuche para CD solo para encontrar ESA canción en ESE álbum.
9. Pasar horas creando la lista perfecta para un CD.
10. Y sentir cómo se te rompía el corazón al ver esto.
11. Memorizar los números de tus amigos y tener que coordinar la hora exacta a la cual los llamarías.
12. Grabar tus canciones favoritas sentándote en silencio junto a una radio.
13. Y escribir manualmente la letra de una canción escuchándola una y otra vez.
14. Tener que olvidarte de una duda existencial solo porque no podías "googlearla".
15. No poder volver a tomar una foto.
16. No saber que una foto había salido mal hasta luego de revelar el rollo.
17. Y la eventual evolución de tomar selfies con tu borrosa webcam.
Las cámaras frontales fueron un punto de inflexión.
18. Tener que usar la guía de televisión.
19. La desilusión de ver esta pantalla.
20. Levantarte a una hora específica para ver tu programa favorito.
21. Y poner a prueba tu paciencia cuando tenías que escribir mensajes de texto utilizando este teclado.
Este post fue traducido del inglés.