1. Ok, empecemos por un clásico: te han llamado "Daniel, el travieso" desde que tienes uso de razón.
2. En Estados Unidos o Inglaterra no eres Daniel, eres Déniel o hasta Deiniel, y si no lo dices así nadie te entenderá jamás.
3. Aunque tu nombre es sencillo y fácil de entender, existen personas con dificultades de entendimiento.
4. No tienes problema en encontrar tu nombre en las latas de Coca-Cola.
5. Y viajes a donde sea, es demasiado fácil conseguir un souvenir con tu nombre.
Como es el mismo nombre en inglés y en español, cualquier tiendita alrededor del mundo tiene un objeto que diga "Daniel" #BendecidoYAfortunado.