Todos sabemos que la primera cita con alguien puede ser un cúmulo de ansiedad e incomodidad.
Sucede lo impensado: SALIO BIEN Y VAN A VOLVER A VERSE
Empecemos por la segunda cita: ¿Cómo te saludás si ya hubo beso en la primera?
Si no hubo beso, estás en el delicado limbo entre dar un paso adelante o morir para siempre como amigo.
Vamos a suponer que esta cita (¡Milagro!) también sale bien.
¿Por qué empezar a salir con alguien es peor que tener una primera cita?
Quieren dormir de manera romántica pero ninguno está siendo fiel a sus costumbres.
No tenés la menor idea de cómo presentarlo ni de qué son.
Cada vez que te quedás en su casa necesitás llevar el equivalente a lo que llevás para 15 días de vacaciones.
Tratás de proponer y sumarte a planes divertidos aunque tu deseo real sea ir a dormir.
No tenés ningún derecho a expresar celos y te la tenés que bancar como un campeón.
Te podés ir olvidando de ir al baño relajada y con tiempo.
Intentás con todas tus fuerzas relajarte y ser vos mismo, dejando que la situación fluya...
Y lo peor de la lista, es darte cuenta que te gusta MUCHO.
Tratás de disimular que ya estás pensando en cómo te vas a peinar cuando se casen.
Pero recordá: disfrutá lo más que puedas, porque las cosas siempre pueden terminar y podrías tener que volver a...las primeras citas.
BuzzFeed Daily
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