1. Vives tu vida empujando constantemente las sillas debajo de las mesas.
2. Estás quitando todo el tiempo los paquetes vacíos de las superficies.
3. No comprendes cómo alguien puede estar tan tranquilo después de poner un envase vacío de nuevo en la nevera.
4. No logras relajarte en un cuarto desordenado.
5. El desorden te suele estresar.
6. A veces sientes que todos están ciegos y que tú eres la única persona capaz de ver el desorden.
7. Cuando otras personas limpian, generalmente no lo hacen tan bien como tú.
8. No puede irte de la casa sin antes hacer la cama.
9. Siempre intentas encontrar una manera de decirle a alguien que tiene que ordenar sus cosas sin sonar irritante.
10. Cuentas con mucha práctica en tratar de sonar súper espontáneo, cuando en realidad ya es la tercera vez que le pides a alguien que saque afuera la basura.
11. Has considerado dejar notas pasivo agresivas más de una vez.
12. Pero usualmente terminas haciendo tú mismo los quehaceres.
13. Las personas parecen no comprender que en realidad no disfrutas de la limpieza, simplemente odias el desorden.
14. Te da muchísimo asco encontrar comida vieja en las piletas.
15. Y cualquier tipo de moho.
16. Prácticamente te ofende que las personas arrojen todas sus pertenencias sobre las mesas.
17. Debes intentar y dejar de juzgar a las personas desordenadas.
18. Te asusta pensar cómo luciría tu hogar si tú no vivieses allí.
19. A veces te preguntas si tú eres el raro y solo debes relajarte un poco.
Pero ese pensamiento desaparece rápidamente cuando finalmente puedes disfrutar tu perfectamente limpio hogar.
