1.
Darte nalgadas frente a otras personas.
2.
Fumar enfrente de ti, porque antes las cajitas de cigarros no te avisaban que el tabaco tiene consecuencias malas.
3.
Y, obviamente, prestarte sus cigarros para jugar.
4.
Dejarte tomar de su cerveza cuando eras un bebé.
5.
Llevarte en sus piernas para que "manejaras" el coche.
6.
Permitir que te sentaras en el asiento de adelante del coche.
7.
Dejarte solo en tu casa por horas, como si nada.
8.
Darte permiso de salir a jugar a la calle sin supervisión de adultos.
9.
Enseñarte a andar en bicicleta... sin casco.
10.
Dejarte solo en el coche mientras se bajaban a hacer un mandado "rápido."
11.
Fingir que te abandonaban en la calle cuando te portabas mal.
12.
Permitir que te sentaras en el cofre del coche en el desfile del Día de la Primavera de tu primaria.
13.
Llevarte a "dar la vuelta" en la parte de atrás de la camioneta.
14.
Enseñarte a nadar aventándote a la alberca.
15.
Darte juguetes que bien podrían haberte matado o que parecían instrumentos de tortura medieval.
16.
Y claro, comprarte cuetitos y fuegos artificiales para jugar con tus primos.
