Esto representa una propuesta concreta: conseguir lo que queremos pero de una forma distinta, menos costosa para nuestro medio ambiente. De esta forma, podemos ser eficaces en lo que hacemos, como lo es llegar temprano al trabajo, pero también eficientes, yendo en bicicleta y evitando la contaminación del aire con todo lo que produce, por ejemplo, el motor de nuestro auto.
La sustentabilidad aplica a muchos ámbitos de nuestra vida cotidiana. Una de las claves se encuentra en la forma de distribuir lo que sacamos de nuestra tierra, como lo es el propio alimento. En la Argentina se desperdician 16 millones de toneladas de comida, mientras que en el mundo se tira un cuarto de la producida. En la humanidad actual, se cultiva el suelo de tal forma que se generan tres veces más alimentos de los que comemos. ¿Esto no va acaso a contramano de todo pensamiento racional?
Todo esto ocurre en un contexto en el que, según especialistas de la materia, se pronostica que en el año 2050 la población humana llegará a ser de 9.000 millones de personas. Cambiar los hábitos que hemos generado durante años lleva su esfuerzo, pero este es el único camino para la verdadera transformación. Por ejemplo, es importante ver la forma en que nos relacionamos con la basura. ¿Separamos los residuos orgánicos e inorgánicos?
¿Sabías que actualmente la mitad de los plásticos que producimos van al agua?
Ya son más que conocidas las “islas de plástico” que aparecen en el Océano Pacífico. Se piensa que para el 2050 habrá más plásticos que peces en el Océano. Y todo esto no es por obra de la naturaleza, sino que por culpa del humano.
¿Qué habrá de las generaciones futuras?
Gran parte de la responsabilidad se encuentra en nuestras manos y lo que hagamos cotidianamente. Porque el cambio inicia cuando se generan políticas de desarrollo sustentable, pero también cuando empezamos a tener en cuenta la cantidad indiscriminada de agua que utilizamos en casa, ya sea al momento de lavar los platos, limpiar la vereda o ducharnos.
Las principales causas que destruyen una forma de vida humana sustentable en la Tierra son la deforestación, la contaminación de los recursos hídricos, la falta de dispositivos en actividades productivas e industrias para reducir la emisión de contaminantes, la minería, entre otras más.
Algunas de las acciones que pueden tomarse para proteger al medio ambiente son el uso de medio de transportes alternativos como la bicicleta; la revisión acerca de dónde provienen los alimentos que compramos, quiénes los fabrican y de qué forma; ahorrar agua; separar la basura orgánica de la inorgánica y, por sobre todo, transmitir a gente conocida la significancia de nuestras formas de comportarnos, ya que tienen un gran impacto en el mundo en el que nos alojamos.
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