1. Sus coreografías son impresionantes. Es difícil no prestarles atención.
2. Sus instrumentos musicales retumban en tus oídos. Es imposible no escucharlos.
Si vas a un partido importante, ten por seguro que el sonido de una vuvuzela, no te dejará por días.
3. ¡Su mala fama las persigue! La gente trata de evitarlas...
A veces, las cosas puedes ser excesivas.
4. No solo sus instrumentos llaman tu atención, también sus voces lo hacen.
5. En un instante pueden pasar de momentos dramáticos a momentos felices.
6. Se toman sus disfraces muy a pecho.
7. Incluyendo el pintarse la cara, claro está.
8. Muchas veces ellos se convierten en los árbitros del partido desde las tribunas.
Ya sea que estés usando un pito o no, un buen sonido de alta resonancia demostrará tu disgusto contra la llamada del árbitro.
9. Y también sirven como asistentes de árbitros.
10. A veces sus demostraciones son ofensivas.
Lo que sea para llamar la atención.
11. Dependen muchísimo de sus accesorios.
12. Y siempre demuestran qué tan felices están después de haber ganado.
La celebración siempre vale la pena.