Ir directo al contenido
  • Lola badge

29 cosas que toda persona con una vagina debería saber

Advertencia: esta publicación incluye ilustraciones de vaginas.

1.

El clítoris no es un botón: es más parecido a una espoleta.

Cuando la mayoría de las personas piensan en el clítoris, piensan en la pequeña parte visible. Sin embargo, las investigaciones indican que, de hecho, tiene ramificaciones que se extienden hacia abajo, por debajo de la piel, a lo largo de ambos costados de la vulva, como en la forma de una espoleta. "Estas ramificaciones pueden ser estimuladas potencialmente desde fuera", le contó a BuzzFeed Life la doctora Debby Herbenick, profesora adjunta en la Universidad de Indiana y autora de The Coregasm Workout (Seal Press, 2015). ES BUENO SABERLO.

2.

Lo que tú piensas que es tu vagina es, probablemente, tu vulva.

La vulva se refiere a la parte externa, a las partes visibles de tus genitales. Abarca básicamente todo lo que puedes ver —los labios, el clítoris, la uretra, la abertura vaginal, etc.— y es, normalmente, a lo que la mayoría de las personas se refieren cuando dicen "vagina".

La vagina, por otra parte, es el conducto muscular que conecta la vulva con el cérvix.

3.

Las vaginas (y las vulvas) vienen en muchas formas, tamaños y colores diferentes.

Hay muchas variaciones de persona a persona, y no hay algo así como una vulva "estándar", según la ciencia.

4.

Cuando está excitada, la vagina puede expandirse a alrededor del doble de su tamaño normal.

Cuando no está excitada, la vagina promedio tiene aproximadamente de 7 a 10 centímetros de profundidad. Sin embargo, durante el sexo puede expandirse aproximadamente al doble, dijo a BuzzFeed Life la doctora Herbenick. Eso es, en parte, debido a un proceso denominado expansión vaginal, que es lo que ocurre cuando te excitas. "Cuando la mujer se excita existe más tensión muscular en el cuerpo", dice la doctora Herbenick. "Esa tensión muscular lleva el útero hacia arriba, creando más espacio a lo largo de la vagina".

5.

No todas las mujeres nacen con un himen.

Y en el caso de aquellas que sí tienen himen, varía en cuanto a grosor y al tamaño de la cobertura. Esto significa que, de hecho, no puedes determinar si alguien es virgen o no haciendo una "revisión de himen", según el libro de la doctora Herbenick, Read My Lips: A Complete Guide to the Vagina and Vulva (Rowman & Littlefield Publishers, 2011).

6.

Tu vagina no será notoriamente diferente después de que hayas tenido bebés.

De hecho, no existe una diferencia estadística en el tamaño vaginal promedio registrado entre las mujeres que han tenido bebés y las que no, según una investigación bastante revolucionaria publicada en 1996.

7.

El punto G quizás ni siquiera exista.

Al menos, no en el sentido de que haya un botón en tu vagina que, cuando lo presionas, te produce un orgasmo. Es un poco más complejo que eso (¡sorpresa!).

Primero, un poco de historia sobre el punto G: durante muchos años, los investigadores han sabido que existe un área de aproximadamente una pulgada o dos en la parte superior de la pared interior frontal de la vagina (el lado más cercano a tu ombligo) que se asocia con el placer intenso. Esa es la razón por la que a las revistas masculinas les encanta recomendar que tu pareja introduzca un dedo en tu vagina y haga un movimiento de "ven aquí" para estimularla.

Aquí es donde se pone un poco complicado el asunto: Ni las investigaciones por imagenología ni los estudios hechos en gemelos han podido encontrar un órgano real o una parte perceptible en la anatomía responsable de todo ese placer. Además, no todas las mujeres reportan tener un punto G o poder encontrar alguno en sí mismas.

¿Qué significa esto? Pues bien, que las nuevas investigaciones apuntan a la idea de que en lugar de que exista un punto o un botón particular que produzca los orgasmos, el clítoris, la uretra y la parte frontal de la pared vaginal trabajan en conjunto como un "complejo clitouretrovaginal". Cuando los tres son estimulados de la manera adecuada, el resultado puede ser lo que algunas personas denominan un orgasmo vaginal (alias, un orgasmo del punto G). Dile a tu pareja que no deje de hacer todavía ese movimiento de "ven aquí".

8.

Durante el sexo, ¿sientes que tienes que hacer pipí, aunque acabas de ir? Es normal.

En relación con ese complejo clitouretrovaginal… bueno, puede significar que algunas veces tu pareja podría estar estimulando tu uretra (o, incluso, tu vejiga) durante el sexo, lo cual puede hacerte sentir potencialmente que tienes que hacer pipí.

También existe algo llamado intercomunicación nerviosa, que es que pasan tantas cosas allá abajo que tus nervios pueden confundirse acerca de qué es exactamente lo que están experimentando, dijo la doctora Herbenick a BuzzFeed Life. "Podrías sentir que tienes que hacer pipí, pero, de hecho, simplemente te estás excitando", dice.

9.

Alrededor de la mitad de todas las mujeres estadounidenses utilizan vibradores.

En un estudio con representación nacional llevado a cabo con 3800 mujeres entre los 18 y los 60 años de edad en los Estados Unidos, los investigadores descubrieron que casi la mitad de las mujeres había utilizado un vibrador para masturbarse, y el 20 % lo había hecho durante el mes anterior. Más de una tercera parte dijo que utilizaba uno durante la relación sexual, y el 41 % había utilizado uno durante el juego previo o el juego sexual con una pareja.

También es interesante que el 84 % dijo que había utilizado un vibrador de forma externa, comparado con el 64 % que había utilizado uno de forma interna.

¿Te interesan los vibradores? Deberías conocer Babeland.

10.

Tu píldora anticonceptiva puede tener un impacto en lo húmeda que puedas ponerte.

Lo mismo ocurre con el amamantamiento y la menopausia. Eso se debe a que la capacidad de lubricar que tiene tu vagina está parcialmente ligada a los niveles de estrógeno, dijo a BuzzFeed Life la doctora Alyssa Dweck, M.S., quien es miembro del Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos y es ginecoobstetra radicada en Westchester, además de coautora de V is for Vagina: Your A-Z Guide to Periods, Piercings, Pleasures and So Much More (Ulysses Press, 2012). Entre menores sean tus niveles de estrógeno, más difícil será que lubriques de forma natural.

11.

Utilizar un lubricante hará que el sexo sea mucho más placentero para ti, según la ciencia.

El lubricante está muy infravalorado.

12.

Aproximadamente el 16% de las mujeres dicen que jamás han tenido un orgasmo durante la relación sexual.

Y según el mismo estudio, alrededor del 20 al 30% de las mujeres dicen que solo alcanzaron el orgasmo durante el sexo en una de cada cuatro ocasiones... o menos.

13.

Alrededor del 30% de las mujeres sintieron algo de dolor durante su más reciente experiencia sexual.

Hay algunas mujeres que experimentan dolor crónico debido al sexo, como aquellas que sufren de una condición llamada vulvodinia. Sin embargo, también es increíblemente común que las mujeres ocasional e impredeciblemente sientan dolor mientras tienen sexo, como cuando tu pareja golpea con fuerza tu cérvix, o cuando el espacio es muy estrecho o no estás lo suficientemente lubricada, dice la doctora Herbenick. La buena noticia es que la mayor parte de estas razones son prevenibles: por ejemplo, puedes pedirle a tu pareja que cambie a una posición más cómoda, puedes usar un lubricante, o puedes pedirle que el juego previo dure más tiempo, de modo que puedas estar completamente excitada y tu vagina pueda estar plenamente preparada para la penetración.

14.

Las lesbianas reportan tener más orgasmos que las mujeres heterosexuales o bisexuales.

De acuerdo con una encuesta reciente realizada a 6151 hombres y mujeres, publicada en el Journal of Sexual Medicine.

15.

De hecho, los condones no hacen que el sexo sea peor o menos placentero.

Es igualmente probable que las mujeres heterosexuales reporten tener orgasmos cuando su pareja usa un condón que cuando él no lleva puesto uno, según una investigación llevada a cabo por la Encuesta Nacional de Salud y Comportamiento Sexual (NSSHB, por sus siglas en inglés), realizada por expertos en el Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana.

16.

Para aumentar tus probabilidades de tener un orgasmo, haz diferentes cosas en la cama.

Investigaciones de la NSSHB muestran que es más probable que las mujeres que combinan una variedad de "actos" sexuales en una sesión (como penetración + manos + oral) reporten tener orgasmos que las personas que solo se apegan a un acto sexual.

17.

Cuanta más edad tengas, es menos probable que te quites el vello púbico.

En un estudio del año 2010 realizado a 2451 mujeres, los investigadores descubrieron que la edad era un pronosticador de qué tanto vello púbico se quitaban las mujeres. Por ejemplo, era más probable que las mujeres de 18 a 24 años de edad reportaran que se quitaban por completo el vello púbico; era más probable que las mujeres de 25 a 49 años reportaran "una eliminación parcial, pero no total", y la mayoría de las mujeres de más de 50 años dijeron que no se quitaban nada de vello púbico. Puedes ver todas las fascinantes estadísticas sobre el vello púbico obtenidas a partir del estudio aquí.

18.

En realidad no existe una cantidad "normal" de flujo.

La cantidad de flujo vaginal varía de una persona a otra, y lo que es normal para ti podría no ser normal para tu amiga, dice la doctora Dweck. Del mismo modo, tu cantidad de flujo puede cambiar dependiendo de qué día del mes es, de si tienes una infección y de si estás bajo control de la natalidad. También cambia en cuanto a consistencia, color y olor, dependiendo de todas estas cosas.

19.

En realidad, no deberías darte ninguna ducha vaginal.

De hecho, tu vagina se limpia sola. Piensa en las lágrimas, que ayudan a limpiar tus ojos: El flujo vaginal trabaja de la misma forma, dijo a BuzzFeed Life la doctora Herbenick.

Las duchas vaginales, por otra parte, pueden quitarle a tu vagina su flora natural, dejándote más propensa a una infección. Las duchas vaginales se asocian con la enfermedad inflamatoria pélvica, la vaginosis bacteriana y otros problemas de salud, según una revisión de estudios publicada en la revista Epidemiologic Reviews.

20.

Tu vagina te hará saber en qué momento estás más fértil.

El moco cervical se volverá claro y elástico durante la ovulación, dice la doctora Dweck. Probablemente, también notarás que hay más de lo normal.

21.

Tu vagina también te hará saber si hay algo que va mal.

Según la doctora Dweck, las cosas que hay que observar son: comezón e irritación. Flujo con sangre que no se relacione con tu periodo. Flujo con olor fétido, o que sea notablemente distinto a lo que normalmente experimentas. Cambios en el olor, la consistencia y la cantidad... Si estás experimentando cualquiera de estos síntomas, definitivamente deberías acudir a un médico.

22.

Los condones te protegerán contra algunas ETS... pero no contra todas.

El herpes y el VPH pueden propagarse debido al contacto piel con piel, así que sigue siendo posible que contraigas cualquiera de estos virus aun si eres increíblemente diligente en cuanto al uso del condón.

23.

La mayoría de las mujeres estarán expuestas al virus del papiloma humano (VPH) a lo largo de su vida, pero quizás no oigan hablar de él durante años (o nunca oigan hablar de él).

Ciertas cepas del VPH pueden provocar cáncer cervical o verrugas genitales, y si tienes una mancha irregular en tu papanicolau o das positivo para VPH, tu doctor debería trabajar contigo para crear un plan individualizado de cuidados.

Sin embargo, si eso ocurre no deberías asumir lo peor: El VPH es increíblemente común, y la mayoría de las personas que están expuestas a él jamás desarrollan ningún síntoma o complicaciones de salud relacionadas con él. De hecho, alrededor de nueve de cada 10 casos de VPH normalmente se resuelven por sí solos al cabo de dos años, de acuerdo con el CDC.

Otra cosa que vale la pena hacer notar: Es posible que te hayas expuesto al VPH cuando tenías veintitantos años, que luego permaneciera latente y que aflorara de repente en un examen de rutina décadas más tarde.

ASP: El CDC recomienda que todas las mujeres menores de 26 años se vacunen contra el VPH. Platica con tu doctor al respecto.

24.

Además de la abstinencia, los implantes y los DIU son las formas más efectivas de control reversible de la natalidad.

Tanto los implantes como los DIU son formas de contracepción de largo plazo y reversibles, y ambas tienen más de un 99% de efectividad en la prevención del embarazo. Esa es la razón por la que la Academia Estadounidense de Pediatría recomendó recientemente ambas opciones como las mejores formas de prevenir el embarazo para las adolescentes.

El implante es una barra del tamaño de un fósforo que un doctor tiene que insertar en tu brazo. Libera la hormona progestina, la cual impide la ovulación y engrosa tu moco cervical, haciéndolo menos hospitalario para el esperma. Puede durar hasta tres años. Lee más acerca del implante aquí.

El DIU es un dispositivo en forma de T que un doctor inserta directamente en tu útero. Existen los DIU hormonales y hay una versión no hormonal de cobre. Los DIU pueden durar de tres a 12 años, dependiendo del tipo. Lee todo acerca de ellos aquí.

Algo que vale la pena notar: El implante y el DIU no te protegen contra ninguna ETS.

25.

No deberías tener sexo con penetración durante aproximadamente seis semanas después de haber dado a luz.

Eso se aplica independientemente de si tuviste un parto natural o una cesárea, dice la doctora Dweck, y hay algunas razones para ello, la mayoría de las cuales se relacionan con la necesidad de que haya tiempo para sanar y con evitar una infección. "No obstante, pueden participar en otras actividades, si se sienten preparadas para hacerlo", agrega.

26.

Muchas cosas pueden producirte infecciones por hongos.

Permanecer con un traje de baño mojado o en ropa interior sudada debido al ejercicio. Beber mucho alcohol o comer mucho azúcar. Y tomar antibióticos, porque pueden matar a todas las bacterias buenas que hay en tu vagina y provocar un desequilibrio que resulte propicio para los hongos. Asqueroso.

Buenas noticias: Comer yogurt con cultivos vivos puede ayudar a restablecer ese equilibrio, dice la doctora Dweck. Y existe una píldora que tu doctor puede prescribirte (llamada Diflucan), así como tratamientos de venta libre que puedes comprar en cualquier farmacia que te ayudarán a librarte de las infecciones.

27.

La vagina tiene una inclinación aproximada de 130°, razón por la cual tienes que insertar los tampones apuntándolos hacia tu espalda.

Una vez dicho ESTO, debo decir que las cosas cambian con el tiempo. "El ángulo vaginal disminuye un poco, lo cual puede hacer que las mujeres sientan distinto el coito vaginal a medida que se hacen más grandes y pasan por la menopausia", escribe la doctora Herbenick en Read My Lips: A Complete Guide to the Vagina and Vulva (Rowman & Littlefield Publishers, 2011).

28.

Algunas veces a las personas se les atoran cosas en la vagina. De hecho, a menudo.

Lo más común son los condones y los tampones, que pueden ser difíciles de recuperar por ti sola. Si esto te ocurre, y no puedes lograr tú misma que… sea lo que sea… salga, definitivamente puedes acudir al doctor para que lo saque.

"No puedo siquiera decirles las cosas que he sacado", dice la doctora Dweck. "Pero lo más importante es que en el mundo de la ginecología, no juzgamos". Es mejor que te tragues tu orgullo y consigas ayuda y no que dejes que se quede ahí. En lo que se refiere a los tampones, dejar uno dentro puede producir un olor terrible; en el caso de objetos más duros (como vibradores, tapas de botes de crema batida, etcétera), dejarlos dentro podría dejarte susceptible a que te cortes y te lastimes.

29.

… Sin embargo, en realidad, no puedes perder algo ahí dentro. ¡Uf!

La pared cervical impedirá que cualquier cosa de gran tamaño migre al interior de tu cuerpo. "No va a ir a ninguna parte", dice la doctora Dweck. "Permanecerá en la parte alta de tu vagina, en el cérvix, y será recuperado".

La Semana del sexo de LOLA es una semana de contenido dedicado a explorar y homenajear la complejidad de nuestra vida sexual. Descubre más contenido de la Semana del sexo de LOLA aquí y en la página de Facebook de LOLA.