1. No había salida o vacación que no incluyera una cangurera, para tener todo más cerquita y más seguro.
2. La gama de opciones para obtener tu dona para el pelo era enorme: metálicas, fosforescentes, de pana, con estampado, de terciopelo, con flores...
3. Si no era el pelo lo que llamaba la atención, eran los aretes de tamaños XXL.
4. Hombreras: porque no había nada más sexy que tener los hombros enormes.
5. Esos jeans que eran como mezclilla dálmata porque les habían echado ácido encima.
6. El spandex extra pegadito era parte de la indumentaria popular. No solo servía para ir al gimnasio, también era el look ideal para la fiesta.
O el concierto de Menudo.
7. Las camisas de seda de la época tenían estampados impactantes y difíciles de olvidar, e ignorar.
8. Los suéters eran extra grandes y coloridos. No había límites ni en tamaño, ni en color, ni en estampado.
9. Lacoste era de lo más hot. ¡Vaya que se puso de moda traer al cocodrilo fresa en el pecho!
10. Los colores neón estaba en todos lados, literalmente.
11. Gracias a MC Hammer podías traer el pantalón de paracaidista de tus sueños.
12. Si de cabello se trataba, volumen y crepé eran la meta final.
13. No había galán ochentero que no portara una chamarra Member's Only.
14. En los 80, los jeans rotos eran sinónimo de rebeldía.
15. Todos los chavos con onda traían unos Ray-Bans.
16. Nadie no tenía una chamarra de mezclilla.
Niños, padres, abuelos, mascotas.