Señales de que podrías tener estrés postraumático y lo que puedes hacer para sentirte mejor

Lo que estás sintiendo es normal, pero hay que estar al pendiente para saber cuándo pedir ayuda.

Después de vivir un evento traumático, es normal que el cuerpo y la mente reaccionen de ciertas formas extraordinarias.

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A este diagnóstico clínico que sucede poco después del evento traumático se le llama Trastorno de estrés agudo.

Los síntomas más comunes son enojo, irritabilidad, ansiedad y depresión.

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También:

Problemas musculares, dolores de cabeza por tensión, dolor de espalda o mandíbula y problemas en ligamentos.

Problemas estomacales como acidez, flatulencia, diarrea o estreñimiento.

Ritmo cardíaco acelerado, sudor en las manos, mareos, migrañas, manos y pies fríos, dificultad para respirar y/o dolor en el pecho.

La mayoría de las veces, se activan como respuesta a pensamientos o recuerdos del trauma.

Pero, si después de un mes el malestar persiste, se convierte en Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT).

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BuzzFeed México consultó con Gabriela Hernández Heimper, psicóloga con maestría en psicoterapia y voluntaria en el Programa Interinstitucional de Salud Mental , sobre el TEPT, luego de que muchos asegurarán sufrir este trastorno tras los sismos del 7 y 19 de septiembre en México.

Aunque es muy importante que sepas que "NO necesitas cumplir con los criterios de TEPT o de TEA para recibir ayuda psicológica."

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Para Gabriela, todos debemos entender que "todas las personas que tengan un malestar, sufrimiento, sentimientos de culpa, de desesperanza, etcétera, tienen derecho a recibir apoyo psicológico. Atender estos malestares que se están experimentando, puede prevenir el desarrollo de un Trastorno."

Pero, es importante que sepas que eso que estás sintiendo es normal.

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En un día cualquiera no te levantas pensando que puedes perderlo todo en un segundo, aunque siempre exista esa posibilidad: "Nos las arreglamos mentalmente para darnos una sensación de seguridad, de cobijo mental, para poder trabajar, amar, pasear y disfrutar". Pero después de un evento así, esa sensación de seguridad desaparece y se hace evidente nuestra vulnerabilidad.

El problema empieza cuando todos estos síntomas empiezan a interferir con tu vida y el malestar se vuelve muy significativo.

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Puedes estar viendo tu serie favorita y de repente te acuerdas de un momento terrible que viviste durante el evento. O te puede suceder que tengas regresiones a la situación traumática en particular. También que te pongas nervioso cada vez que escuchas una ambulancia, un sonido fuerte, o una alarma cualquiera. A estos síntomas se les conoce como "de intrusión" justo porque se meten de improvisto y afectan tu día a día.

Para sanarnos, "es necesario reconstruir nuestra mente".

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Es importante regresar a la rutina, hacer las mismas actividades que hacías antes de que te pasara el evento. Así "tu cerebro empieza a avocarse a tareas que conoce, que puede predecir, y poco a poco vas a ir reparando tu estructura interna." Es normal que durante este proceso te sientas molesto, enojado, triste, desanimado y/o con pocas esperanzas. Estamos funcionando con todos los focos rojos prendidos.

No es extraño que queramos evitar lo que sea que nos recuerde esos malos momentos.

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De hecho, "es indispensable sentirse así. También veremos las noticias mucho menos, evitaremos pasar por zonas que nos den miedo y pondremos 'Friends' en la tele para evitar pensar en lo que pasó." En el proceso, es normal que te sientas como fuera de ti mismo o que se te olviden ciertos detalles del evento trágico.

En el caso de los niños pequeños, puede percibirse diferente.

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Gabriela explica: "Al no tener aún lenguaje, o estar apenas aprendiendo, el estrés se mostrará sobretodo en el humor, en pesadillas, en el juego." Y es ahí donde debes poner tu atención para poder ayudarlos a superar el trauma. También fíjate en síntomas como: llanto, conductas regresivas, alteraciones en el sueño, ansiedad de separación, aislamiento social o aparición de rituales nuevo, entre otros.

Lo principal es que estés en contacto con tus emociones y sentimientos.

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"El criterio más importante para saber si necesitamos atención psicológica somos nosotros mismos." Nadie mejor que tú para saber si necesitas ayuda. Y si la necesitas, ¡pídela! Un profesional te podrá guiar por el mejor camino para sanar de la mejor manera posible.

Mientras tanto, aquí hay algunos consejos que puedes seguir para empezar a reconstruir tu mente y volver a encontrar un poco de paz interior:

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- Haz ejercicios de relajación y respiración. Prueba haciendo yoga o meditación.

- Habla de lo que te pasó usando sentimientos específicos a la hora de expresarte. Pero es importante que no hables de lo que te pasó de manera obsesiva.

- Haz una lista de cosas por las que estás agradecido.

- Delimita la o las situaciones particulares que te asustan más (quedarte atrapado, perder tu casa, etc.)

- Toma acciones puntuales para prevenir las situaciones específicas que te dan miedo.

- Pide ayuda.

- O asiste a una terapia grupal.

En México, puedes pedir ayuda en distintas asociaciones y clínicas especializadas.

Como la AMPIEP, la APM, Neuroingenia, CAPI, entre otras.

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