1.
En el porno gay, TODOS están disponibles para el sexo.
En la vida real, si intentaras pagar tu pizza con tu trasero, hay una probabilidad prácticamente nula de que funcionara realmente.
2.
En el porno gay, los actores van de frente al asunto sin más que una toallita húmeda como preparación para todo el sexo.
En la vida real, el sexo espontáneo no siempre es aconsejable.
3.
En el porno gay a menudo encontrarás que pueden metérsela sin ningún tipo de juego previo.
En la vida real ESO SÍ QUE DOLERÍA.
4.
En el porno gay nunca vez que se apliquen lubricante. Aparentemente puedes simplemente deslizarte y eso es todo.
En la vida real fácilmente podrías vaciar media botella de esa cosa.
5.
En el porno gay, tendrían sexo literalmente en cualquier sitio.
En la vida real es bastante imposible tener sexo en la parte trasera de una sala de conferencias ocupada sin que alguien voltee y se de cuenta.
6.
En el porno gay, las colas se doblan como pretzels para llegar a las posiciones sexuales más raras.
En la vida real no todo el mundo es capaz de poner sus piernas detrás de su cabeza y alrededor de su cuello.
7.
En el porno gay los condones simplemente aparecen mágicamente en un pito, como literalmente de la nada.
En la vida real hay una gran pérdida de tiempo al tratar de abrir un paquete y ponerlo en la forma correcta.
8.
En el porno gay todo mundo se agacha con gracia y facilidad.
En la vida real es mucho más difícil simplemente tomar un pene y meterlo en un trasero.
9.
En el porno gay hay una clara falta uso de toallas.
En la vida real, las toallas son algo así como un factor común. O es eso, o te arriesgas a dormir en sábanas manchadas de lubricante.
10.
En el porno gay todo mundo es versátil.
En la vida real esto es una tontería.
11.
En el porno gay aparentemente un calambre no es nada.
En la vida real un calambre es —más que seguro— algo real.
12.
En el porno gay, podrías estar teniendo sexo por horas.
En la vida real, tendrías suerte (dependiendo de cómo lo quieras ver) si duraras una.
