Ir directo al contenido
  • Lola badge

21 situaciones ODIOSAS a las que se enfrenta toda mujer que deteste el contacto físico

QUÉ MANÍA CON LOS DOS BESOS, ¿NO PODEMOS SER MÁS EUROPEOS?

1. Que en una entrevista de trabajo, en una reunión o en cualquier ambiente laboral, en lugar de darte la mano, el jefe en cuestión se aproxime para darte DOS BESOS, dejándote totalmente descolocada porque tú llevabas preparada tu máscara de profesionalidad.

2. Que un compañero de trabajo pose sus manos sobre tu espalda para darte un masaje porque estás "muy estresada", cuando sabes perfectamente que es una práctica que jamás realiza con los varones de la oficina.

3. El hecho de llegar a una fiesta o evento y tener que repartir dos besos a más de tres personas, dejándote con ganas de gritar "¿NO PODEMOS SER UN POCO MÁS EUROPEOS?".

4. Que para mantener tu atención, la persona con la que estás hablando no deje de darte TOQUECITOS EN EL BRAZO.

5. El momento en el que alguien te da un abrazo y al principio bien... pero luego te empiezas a sentir incómoda porque no sabes cuánto se supone que tiene que durar esa tortura.

6. O peor todavía: sentir que es el momento idóneo para dar un abrazo a alguien y saber que ese alguien lo está esperando porque la sociedad asume que las mujeres somos más cariñosas y afectivas, así que haces el esfuerzo y de repente tus brazos se convierten en dos salchichas que no sabes bien cómo colocar

7. Cuando un tío con el que no tienes demasiada confianza (quizás amigo de un amigo o alguien que acabas de conocer en una fiesta) rodea tus hombros con sus brazos para hablarte, creando una falsa intimidad un pelín raruna y atrapándote en una situación de la que tienes que salir moviéndote como si tuvieras la sarna.

8. Cuando das con uno de esos tíos que invade tu espacio personal y reclama tu atención dándote pellizquitos en el vientre o en la chicha de la zona lumbar. ¿POR QUÉ?

9. O te hace "cosquillas". SEÑOR, DÉJEME EN PAZ.

10. Ese momento tenso en los inicios de una relación cuando tu pareja te coge de la mano por la calle. Y no te parece mal y es un gesto mono. Pero al mismo tiempo estás tan poco acostumbrada que tu mano se convierte en una trucha tibia.

11. Y cuando, cinco minutos después de pasear de la mano, descubres que necesitas tu mano de vuelta para un montón de cosas. Nunca habías necesitado tantísimo tu mano. Es una cosa loca.

12. Cuando estás con tu pareja en el sofá viendo una serie y descubres que cualquier posición que implique arrumacos es muchísimo más incómoda que cualquier posición que no los implique.

13. O cuando duermes en pareja y te das cuenta de que no hay nada más incómodo que dormir abrazada a alguien y empiezas a valorar a esos matrimonios de abueletes que duermen en camas (¡o en habitaciones!) separadas.

14. Cuando estás en el metro y el chico de al lado está completamente repantingado y tú, para no tocarle, te acurrucas en una esquinita que te hace ir todo el trayecto superincómoda.

15. Cuando una persona te habla muy cerca, invadiendo todo su espacio, y entonces iniciáis una extraña coreografía de baile de salón de hace dos siglos, en la que tú vas dando pasitos hacia atrás mientras la otra persona vuelve a aproximarse hacia ti.

16. Cuando estás de fiesta pasándolo en grande pero de pronto a tus amigos les da el pedo cariñoso y tocón.

17. Cuando alguien te dice "¡Ven aquí! ¡Un abrazo te hará sentir mucho mejor!". Y valoras muchísimo el gesto porque adoras a esa persona pero no sabes cómo explicar que posiblemente un abrazo te haga sentir peor.

18. El silencio que se genera cuando alguien te pregunta si prefieres perros o gatos y dices que claramente gatos porque pasan más de ti.

20. Cuando ligar se vuelve algo complicadísimo porque puedes estar interesada en la otra persona pero, al no ser supertocona, parece que estás pasando de su culo.

21. Y cuando, por no estar contínuamente encima de las personas como un koala, te califican de seca, rancia o poco cariñosa. Pese a que en realidad seas un beautiful cinnamon roll too good for this world, too pure.