Vamos a dejar una cosa clara: no puedes llamarte "provida", porque no estás a favor de la vida si te da igual la muerte de miles de mujeres.
No eres "provida" si permites que tus ideas morales y religiosas estén por encima de la seguridad de las mujeres.
No eres "provida" si alzas el puño en defensa del futuro de un puñado de células pero callas y miras hacia otro lado cuando el futuro de miles de mujeres termina en una clínica de aborto clandestino.
No eres "provida" si no te preocupa la gente sin dinero. Si, en el fondo, sabes que la vida de las niñas ricas va a seguir tal cual tras "pasar por una operación de apendicitis" en una clínica privada y unos cuantos Ave Marías, mientras que la de las niñas pobres terminará en el hospital o en la cárcel.
No eres "provida" cuando demonizas a todo un género, culpándolo de no haber cerrado las piernas, de no haber utilizado protección, de haber cometido un pecado... pero te olvidas del otro que puede marcharse de rositas y obviar un problema después de eyacular y subirse los pantalones. No eres "provida" si tu moral busca nuestro castigo.
No eres "provida" cuando sabes que más de 350.000 mujeres abortan cada año en tu país con perchas, agujas de tejer o tallos de perejil. No eres "provida" cuando conoces las cifras y sabes que, al menos 50.000 de esas mujeres, fallecen.
No eres "provida", eres anti elección. Porque la prohibición de un aborto seguro, legal y gratuito no provoca menos abortos, sino más muertes innecesarias. Porque el derecho a abortar no te quita el derecho a no hacerlo si no lo deseas. Porque los derechos sexuales y reproductivos deberían estar al alcance de todas y no de unas pocas. Porque lo que debería preocuparte es la educación sexual, la prevención, la salud.
No eres "provida" cuando te alegras de una ley que lo único que consigue es que sigan muriendo mujeres en la clandestinidad.
No eres "provida" cuando te preocupas más por un futuro hipotético que por un presente desolador. No eres "provida" cuando defiendes nuestras muertes.