1. El efecto "cara Cásper - cuello Carmina Ordóñez en el Rocío" cuando tomas un poquito el sol pero tu base es demasiado clara.
2. Y la consecuencia de este efecto: tener que gastarte pasta en otra base, la base de verano, que se fosilizará y no podrás utilizar el verano siguiente.
3. Gastar dinero en maquillaje waterproof que es más dificil quitar que una mancha de vino tinto en un vestido de boda.
4. El efecto "a partir de ahora podéis llamarme Valentino" cuando te pasas con los polvos porque piensas que nadie lo va a notar.
5. Pintarte un eyeliner perfecto para que el sudor te convierta en un mapache pasados quince segundos.
6. Brillar como una bola de discoteca en todo momento.
7. Sacar un pintalabios del bolso para descubrir que está completamente derretido.
8. Sentir como tu cara, literalmente, se derrite cuando llevas una base muy cubriente y te pones dos segundos al sol cuando esperas el autobús.
9. Pasarte una mano por el ojo porque te pica o vete tú a saber qué y descubrir que te has dejado la cara hecha un cristo.
10. Saber que tienes que elegir entre llevar el maquillaje bien en la nariz o llevar unas gafas de sol.
11. Que la vaselina se convierta en tu mejor aliada para los labios, pero sabiendo que no te los podrás pintar por encima hasta pasado un ratito.
12. GRANITOS POR EL CALOR.
Me han salido unos granitos muy pequeños en la nariz y no sé si se deben al calor o a la regla.
13. Que retocarse el maquillaje cuando estás algo sudada sea más dificil que meterte en la ducha, quitarte todo, salir y volver a maquillarte.
14. Que hacerse algo en el pelo sea una odisea porque ponte tú con 35 grados delante de un secador.
Cuando querés usar el secador de pelo en verano
15. Y, sobre todo, acostumbrarte a que si de verdad quieres ir medio mona a un evento sea a partir de las nueve y media de la noche para no derretirte en la calle.
