Cada año, casi 80.000 personas en todo el mundo mueren a causa del suicidio, según el Organismo Mundial de la Salud. Por cada suicidio también hay muchas más personas que lo intentan.

El caso es que el suicidio se puede prevenir. Y aunque la prevención es un tema complejo que comprende factores muy diferentes (como la colaboración entre profesionales de la salud, particulares, amigos, familiares y centros de tratamiento), esta puede comenzar reconociendo las señales de alerta y tomándolas en serio.
Para ayudarte a comprender las señales de alerta de suicidio y las maneras más responsables y útiles de responder (y a lo mejor también de salvarle la vida a alguien), BuzzFeed Health ha hablado con Daniel Reidenberg, doctor en psicología y director ejecutivo de Suicide Awareness Voices of Education (Voces de la Educación en la Sensibilización sobre el Suicidio) y Eric Beeson doctor en física, consejero diplomado y profesor en Counseling@Northwestern. Aquí está todo lo que debes saber.
1. Antes de empezar, aquí tienes los recursos que debes conocer a la hora de actuar frente a una persona potencialmente suicida.

No queremos quitarle importancia al hecho de que puedes jugar un papel muy importante a la hora de ayudar a alguien que se enfrenta a pensamientos suicidas, pero no eres un/a profesional y lo que puedes hacer está limitado. Tu meta es conseguir que esta persona tenga la ayuda que necesita; dónde, cuándo y qué tipo de ayuda dependerá de la situación (lo cual veremos a continuación). Aquí tienes todo lo importante, para empezar:
Puedes contactar con el Teléfono de la Esperanza: 717 003 717.
El 112 no está solo para las emergencias físicas de vida o muerte evidentes. Es una opción totalmente viable si no tienes claro dónde empezar y necesitas ayuda ya.
Los médicos de cabecera son un buen primer paso a tomar en una situación no crítica, para alguien que no tiene terapeuta o profesional de ayuda. Llama a la consulta y di: "soy paciente (o amigo/a de un/a paciente) de... Está pasando esto. ¿Qué cree que debo hacer?" Esto podría suponer pedir una cita o utilizar algún otro recurso que sugieran en la consulta.
2. Intervenir no siempre tiene que ver con evitar un intento de suicidio inminente. También puede servir para conectar con alguien y evitar que su situación empeore.

Según Beeson, el riesgo de suicidio abarca un espectro. "Es un proceso acumulativo de experiencia vital tras experiencia vital, junto a una predisposición biológica a ciertas enfermedades mentales unidas a factores medioambientales y psicológicos", indica. "No hay un solo evento que 'lleve a alguien al límite'. Es un proceso continuo y todos hemos estado ahí en algún momento, solo que algunos de nosotros estamos más cerca de la muerte por suicidio que otros".
Dicho esto, una persona no tiene por qué estar al borde de este proceso continuo para mostrar señales de alerta que puedas detectar, y no tienes que esperar a que esa persona de señales de peligro inmediato de suicidio para ayudar.
3. Lo que necesitas hacer es ver cuántas señales de alerta de suicidio hay, ya que la mayoría de la gente muestra una u otra en algún momento.

Esta lista de señales de alerta es importante y necesaria, pero también puede resultar abrumadora ya que en realidad puede aplicarse a cualquier persona, no solo a las suicidas.
"La gente bebe más alcohol. La gente actúa con temeridad. La gente se retrae. La gente se aísla", dice Beeson. En vez de pensar: ¿están presentes estas señales de alerta? Beeson sugiere pensar: ¿cuántas están presentes? ¿Cuántas de estas cosas hace esta persona en un día, un mes, un año?
4. La falta de esperanza en el futuro es una señal especialmente importante a tener en cuenta, sobre todo en la gente joven.

No existe una norma estricta sobre qué señales de alerta sugieren un riesgo de suicidio definitivo o sobre exactamente cuándo deberías ofrecer ayuda. No obstante, cuando haya un sentido de desesperanza u otras señales de alerta (que indiquen que esta persona cree que las cosas no van a mejorar nunca y que no existe un futuro sin el dolor que está sintiendo) ahí es donde el pensamiento suicida puede convertirse en un deseo o plan suicida, dice Beeson.
De nuevo, no debes esperar a que exista esa desesperanza para ofrecer o buscar ayuda, pero es una importante señal de alerta a tener en cuenta.
5. En general lo que debes hacer es seguir tu instinto, porque si crees que ocurre algo nunca estará de más ayudar.
"Si tu instinto te dice que algo está pasando, seguramente es así", dice Reidenberg. "Así que o bien necesitas hacer algo o necesitas que otra persona haga algo".
6. Una vez hayas decidido que una persona podría necesitar ayuda, asegúrate de que eres la persona adecuada para ayudar, porque igual no lo eres.

Según Reidenberg, antes de tomar acción deberías cuestionarte cosas sobre tú mismo/a. Si tienes una predisposición personal, religiosa o moral, o bien te da bastante miedo el tema, o si crees que no estás capacitado/a para tener esa conversación, no pasa nada. Este tipo de cosas pueden entorpecer el camino a la hora de actuar con compasión en vez de juzgando y entrando en pánico. Si ese es el caso es posible que involucrarte sea más dañino que útil.
Si decides que no eres la persona adecuada, tu tarea entonces es encontrar a alguien que lo sea (un/a amigo/a cercano/a, un familiar, un/a mentor/a, etcétera) y explicarle lo que te preocupa para que esta persona haga algo.
7. Si por el contrario decides que vas a hablar con la persona que te preocupa, deberías tener preparado un plan de acción en el caso de que resulte que sí necesita ayuda.

Como tu mayor preocupación es si esa persona tiene tendencias suicidas, tendrás que prepararte por si la respuesta es afirmativa. Si lo es, tu prioridad será conseguir ayuda y no dejarla sola hasta que lo hayas resuelto, dice Reidenberg. Asegúrate de que cuando vayas a hablar con esta persona tienes la agenda despejada y sabes cómo responder, incluso teniendo recursos a mano si los necesitas.
8. Puede que sientas la necesidad de no hablar de manera directa y tantear a esta persona, pero antes o después debes preguntar directamente si está pensando en el suicidio.
Es normal que te preocupe que preguntar sobre el suicidio le meta la idea en la cabeza, dice Reidenberg, pero no es el caso. Se han realizado muchas investigaciones que han demostrado que hablar del suicidio no lleva al suicidio. De hecho, debes mostrarte directo/a. Puedes empezar con algo al estilo de "Oye, creo que no te está yendo muy bien. ¿Has pensado en hacerte daño?" como punto de entrada, pero no debes detenerte ahí.
Después puedes pasar a las preguntas directas como "¿Estás pensando en suicidarte, o lo has pensado?", dice Beeson.
9. Si esta persona dice que ha pensado en el suicidio, hazle algunas preguntas para valorar si existe un peligro inmediato.
Todas las personas y situaciones son distintas, pero a la hora de valorar los riesgos es buena idea empezar intentando averiguar si la persona en cuestión tiene un plan suicida, cómo piensa realizarlo, si ya ha pensado en el momento y si hay intención (¿piensa realizar el plan o en este momento no es más que una idea?). Cuantas más de esas cosas se den en una persona mayor será el riesgo, lo cual puede darte información para ver qué recursos deberás utilizar.
"Estas son las preguntas más difíciles, pero son clave a la hora de analizar la situación", dice Beeson. "¿Cómo de seria debe ser mi reacción? ¿Necesito llevarle ahora mismo al hospital, o podemos esperar y hablarlo?".
Si parece inminente que va a intentar suicidarse llama a un centro de atención para situaciones de crisis, marca el 112 o lleva a la persona a urgencias. También puedes tomar medidas básicas como asegurarte de que no tiene acceso a armas de fuego, drogas, cuchillos y otros objetos potencialmente letales; y, por supuesto, no dejes a esta persona sola.
10. Mantén la calma y céntrate en preguntarle cosas sobre sí mismo/a, conversar y escuchar. Entrar en pánico o insistir demasiado en buscar ayuda inmediata puede ser contraproducente.
Cuanto más tranquilo/a y centrado estés y parezcas, mejor. Su mundo ya está en caos. Transmitirle tus propias ansiedades y miedos solo empeoraría las cosas. Conversad sobre cualquier cosa. Si esta persona quiere hablar de su dolor, adelante. Pero también podéis hablar de su futuro, sus metas, su pasado, sus amigos, lo que ha conseguido en la vida, cosas de las que podría sentirse orgulloso/a, todas esas cosas que en momentos suicidas podría no recordar fácilmente, dice Reidenberg.
"Entrar en pánico confirma la idea que seguramente ya tiene en la cabeza de que tiene algo mal, que es una persona mala o que necesita que le castiguen", dice Beeson. "Debes mantener la calma para no perpetuar el diálogo interno que podría haberle llevado a tener pensamientos suicidas".
11. No debes obsesionarte demasiado con no decir lo correcto, pero existen varias reglas generales para lo que no debes decir.

No juzgues y no le hagas sentir culpable. Decir cosas como "¿no estarás pensando en cometer una estupidez, verdad?" o "no querrás hacer daño a tu familia si haces esto" puede aumentar la culpabilidad o el peso que ya siente esa persona.
No digas que ya sabes por lo que está pasando, porque no lo sabes. Debes reconocer su dolor y sus sentimientos, no desviar el tema a tu persona. Muestra empatía con algo como "parece que ahora mismo sientes muchísimo dolor". Suena distinto a cualquier cosa que yo he sentido".
No caigas en los tópicos o en el optimismo pasivo. Decir cosas como "no te preocupes, todo pasa y mejora," o animarle a que lo supere o siga con su vida, es como negar o menospreciar su experiencia. Lo que debes de hacer en lugar de eso es centrarte en ejemplos concretos de que la recuperación es posible (que veremos a continuación), incluso aunque ahora mismo pueda resultar imposible imaginárselo.
12. Haz lo posible para ofrecer un sentido de esperanza.
No debes hacer promesas que no puedas cumplir (como "no te preocupes, vamos a asegurarnos de que nunca vuelvas a sentirte así"), pero sí debes insistir en que su vida es importante y puede mejorar.
"Aunque puede que la persona suicida no sienta esa esperanza la verdad es que la está buscando y no la encuentra por su cuenta", dice Reidenberg. "Por eso necesitas ser el conducto hacia esa esperanza. Tu sentido de ánimo puede indicar que esa esperanza es real, que es posible recuperarse, que el tratamiento funciona, que hay muchas alternativas y muchas maneras diferentes de conseguir tratamiento y ayuda".
13. Aunque no se trate de una situación de crisis inmediata, anímale a llamar a una línea telefónica o de mensajes de texto para crisis, o pregúntale si no le importa que lo hagas tú mientras está contigo.
Contactar con alguien que cuente con la formación necesaria para este tipo de cosas os ayudará a trazar un plan.
14. Si la persona insiste en que la situación no es lo suficientemente seria como para ponerse en contacto con un profesional pero a ti te sigue preocupando, haced un pacto mutuo de volver a poneros en contacto para ver cómo va todo. Y no dejéis de hacerlo.

"Después, debes decir: 'hagamos un trato: si te empiezas a sentir peor me llamas o me mandas un mensaje de texto para ponerte en contacto conmigo o con otra persona'", dice Reidenberg. Tómate el tiempo que necesites para valorar qué señales específicas podría haber que sugieran que esa persona ha vuelto a hundirse, porque cuando se hunde puede resultar difícil contarlo.
Y programa un momento para contactar. "Lo que quieres es que la otra persona sepa que al menos vas a estar ahí y te vas a poner en contacto", y es de suma importancia que lo cumplas", dice Reidenberg. "Si le dices a alguien que está en un riesgo moderado que vas a ponerte en contacto para ver cómo está y luego no lo haces, malo. Puede que esa persona contara con ello.
Si la persona no puede aceptar los términos, no lo dejes ahí. Vuelve a proponer hablar con un profesional en ese momento y no más tarde.
15. También pregúntale qué le ayuda a pasar el trago en esos momentos, y así lo tendrás como referencia en el futuro.
Si dice que no está en un momento muy bueno pero todavía no necesita contactar con un profesional porque está lidiando con el tema, pregunta cosas específicas. ¿Qué es lo que le ayuda a pasar el trago? ¿Ciertas personas? ¿Hobbies? ¿Su mascota? ¿Un libro o una serie? Eso es algo que debes saber; de esa manera, cuando vuelva a pensar en el suicidio tú sabrás cosas que puedes recordarle para ayudarle a superarlo, dice Reidenberg.
16. Si tienes una relación estrecha con esta persona, mira a ver cómo puedes ser parte de su recuperación en el futuro.

Es completamente normal luchar contra la culpa y otros sentimientos conflictivos sobre tu papel en la vida de una persona suicida, según Beeson. Evidentemente no es culpa tuya, pero es normal preguntarte qué señales te has perdido o qué podrías haber hecho para ofrecer más apoyo.
"A veces, los familiares se enfrentan a esta situación alejándose de ella, y diciendo: 'Vale, tiene un problema. Necesito llevarle a ver a un profesional para que el profesional arregle las cosas'", dice Beeson. "Y luego creen que han hecho todo lo que necesitaban hacer y que ya no es responsabilidad suya".
Pero es más efectivo seguir ahí. "A veces hay que decir: 'Vale, igual necesito hacer también un esfuerzo como familiar'", dice Beeson. "Igual necesito buscar tratamiento para mí. Igual necesitamos pensar en terapia o tratamiento familiar o para la relación'. Si las cosas llegan al punto en el que hay que buscar ayuda profesional, es importante decirle a la otra persona: 'vale, yo no tengo la culpa, tú no tienes la culpa, pero estamos juntos en esto y yo también estoy dispuesto/a a poner de mi parte'".
17. Por último, recuerda que la conexión humana y el preocuparse por el impacto que puedes tener en los demás puede llegar muy lejos.
"La manera en que tratamos a la gente es importante", dice Beeson. "No es tanto prevenir el suicidio como proteger la vida y establecer conexiones de calidad con la gente. Las investigaciones sólidas muestran que la conexión social es el principal factor de prevención contra todo, básicamente".
Para más información sobre cómo luchar contra el suicidio, ponte en contacto con el Teléfono de la Esperanza en el 717 003 717.
Este artículo ha sido traducido del inglés.