1. Cuando tienes todos las provisiones necesarias a mano para hacer el porro y entonces te das cuenta de que no te queda papel de liar.
2. Y después mirar tu alijo de emergencia y descubrir que también está vacío.
3. O peor, cuando ya has fumado tanto que te has olvidado de dónde has escondido las provisiones.
4. Liar un porro genial y darte cuenta de que no tienes mechero justo cuando estás a punto de encenderlo.
5. Cuando hay demasiadas personas en el círculo y ese tío da más de tres caladas.
6. Cuando te entra el gusanillo pero abres el frigo y está vacío.
7. Y después decides pedir comida a casa, pero es demasiado tarde y todo está cerrado.
8. Y si consigues encontrar algún lugar abierto, tu paranoia absurda da lugar a una avalancha de comentarios amables innecesarios durante el intercambio con el repartidor de Dominos.
9. Tu camello de toda la vida se va fuera de la ciudad.
10. O incluso peor, deciden no vender más porque van a hacer borrón y cuenta nueva.
11. Cuando tienes que mantener una conversación con tu casero/padres/jefe después de haberte fumado uno gordo.
12. Volver a casa puesto hasta las cejas intentando no romper cosas/caerte/hacer una cantidad excesiva de ruido y despertar a todo el mundo.
13. Cuando la gente empieza a hablar de cosas serias y tu colocón está bajo amenaza de pasarse.
14. Cuando la gente a tu alrededor empiezan a discutir sobre política y conflictos globales y cosas y tu cerebro se pone así:
15. Cuando te ofrecen brownies y tú los pruebas y te das cuenta de que en realidad sólo son brownies.
Creo que te has olvidado del ingrediente secreto. Drogas. El ingrediente secreto son drogas.