1. La capacidad de alimentarte a ti misma regularmente.
2. Al menos, un amigo. Más estaría bien. Pero uno, como mínimo.
3. Un conjunto de ropa que diga: "Soy una profesional madura", y no "No tengo idea de lo que estoy haciendo con mi vida y creo tener palomitas de maíz entre mi sostén, lo siento".
4. La capacidad de despertarte al escuchar la alarma.
5. Un vestido formal para salir con el que no muestres todo.
6. Un bote de helado de emergencia en el refrigerador todo el tiempo, para las noches cuando sientas la depresión de los veintitantos.
Y tu único amigo no llega.