1. Al principio, seguramente sentirás que tus pezones se rebelan y quieren saltar de tu cuerpo para escapar.
2. Empezarás a decir cosas como "mantequilla para pezones" sin pestañear.
3. Tendrás un increíble par de melones.
Tan firmes. Tan frescos.
Tan efímeros.
4. Comprenderás la lucha de una vaca lechera de una nueva manera.
5. Experimentarás la extraña sensación de enseñar un pecho en público.
6. Te tendrás que acostumbrar a la sensación incluso más extraña de tener a adolescentes y curiosos mirándote.
7. En algún momento, probablemente tendrás que ordeñarte tú misma.
8. La frase "llorar sobre la leche derramada" tomará un nuevo significado.
9. Podrías amamantar a un adulto al menos una vez.
10. Te darás cuenta de que la ciencia de las tetas y la ciencia de los globos de agua son casi lo mismo.
11. Te verás tentada a saber hasta dónde puedes realmente disparar.
12. En algún momento, sucumbirás ante la curiosidad de saborear la cosa.
13. Verás como tu dulce e inocente bebé se transforma en un violento tiburón devorador de pechos.
14. Si te gusta sacar espinillas, estás de suerte. Quitar coágulos es DESGRACIADAMENTE MUCHO MEJOR/PEOR.
15. Probablemente se filtre por tu camisa sin darte cuenta.
Nunca dejarás de preguntarte si alguien más lo notó antes que tú.