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    Perros y pelotas de tenis: una historia de amor

    Nunca amarás nada tanto como un cachorro ama a esa peluda pelota amarilla.

    (PRESS PLAY AND SCROLL)

    Los perros pueden ser el mejor amigo del hombre. Pero el mejor amigo del perro NO es la mano que lo alimenta o limpia su popó - es una modesta e inanimada pelota amarilla.

    ¿Alguna vez has visto algo más puro que el amor incuestionable e incondicional de un perro por una pelota de tenis?

    ¿Alguna vez has visto a un perro viendo apasionadamente una pelota de tenis como si no existiera nada más en el mundo?

    Es seguro que a cualquier parte a donde vaya un perro habrá una o dos pelotas de tenis junto a él.

    Porque las pelotas de tenis no los juzgan por arruinar un delicioso par de zapatos de cuero.

    Las pelotas de tenis no te meten en una jaula por orinar en la alfombra. Ellas se van a la jaula contigo.

    Eso es porque la pelota de tenis nunca los decepcionará. Recibirán la baba y las marcas de dientes, pero siempre regresarán.

    Como el buen libro claramente dice: Dios hizo a Adán, luego a Eva, luego a los perros y luego las pelotas de tenis.

    Y los perros les pagarán a sus amigas, las pelotas de tenis, de la misma manera en agradecimiento.

    Ellos recorrerán grandes distancias, y pasarán debajo de grandes piernas, para llegar hasta donde está su pelota.

    Ellos se tirarán de cabeza hacia lo desconocido en busca de su amada amiga.

    Y puedes estar completamente seguro, ellos protegerán sus pelotas de tenis como una mamá osa protege a sus cachorros.

    Los perros y las pelotas de tenis han cruzado océanos juntos.

    Es un amor que ha abierto la puerta a la comunicación entre especies.

    Los perros y las pelotas de tenis saben cómo equilibrar las exigencias de la vida y su amistad porque ellos se entienden el uno al otro.

    Los perros se llevan sus pelotas de tenis a la playa y nunca tienen que preocuparse porque las pelotas de tenis se escondan tras sus lentes de sol para ver fijamente a otros perros con mejor estado físico que ellos.

    Porque el amor de un perro por una pelota de tenis es para siempre.

    Es un amor que no se puede fingir.

    Es un amor que te llevará a nuevos lugares mágicos.

    Es algo que libera tu corazón...

    Es amor verdadero.