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    Los momentos más vergonzosos de la vida de una chica de 14 hasta los 40 años

    Revive el horror.

    14 años: tener tu menstruación el día en que tomaste la mala decisión de llevar pantalones blancos a la escuela.

    15 años: conectarte para descubrir que tu hermano pequeño te grabó secretamente haciendo twerk y lo publicó en tu grupo de Facebook de la escuela.

    16 Años: agacharse para recoger un lápiz en la clase de matemáticas y accidentalmente tirarte un pedo.

    17 años: mandarle un mensaje de texto a tu papá en lugar de a tu mejor amiga después de perder tu virginidad.

    18 años: despertarte en la mañana de tu fiesta de graduación con esto en la cara.

    19 años: emborracharte en una fiesta y romperte un tobillo al tropezar llegando a casa.

    20 años: dar clic en el archivo equivocado cuando estabas dando una presentación de Power Point y proyectar las imágenes de una webcam privada que hiciste.

    21 años: despertar en plenas vacaciones e instantáneamente arrepentirte de las decisiones que tomaste la noche anterior.

    22 años: perder la parte de arriba de tu bikini cuando te deslizabas en el parque acuático y enseñarle todo a cientos de familias.

    23 años: darte cuenta al salir de una importante entrevista de trabajo que la habías hecho toda con la parte de atrás de tu falda metida en tu ropa interior.

    24 años: que tu abuela entre en tu habitación mientras estás teniendo sexo navideño con tu novio.

    25 años: toparte con tu jefe desnudo en el vestidor del gimnasio y tener la conversación más incómoda mientras te vistes.

    26 Años: terminar una conversación muy importante con un cliente y cerrarla diciendo: "Te quiero".

    27 años: salir de la ducha para descubrir que la nueva persona con la que estás saliendo encontró tu foto del anuario escolar.

    28 años: marcar "contestar a todos" después de escribir una respuesta supersarcástica a una gran compañía por correo electrónico.

    29 años: embriagarte en la boda de tu mejor amigo, llorando en el baño porque todos se están casando menos tú, y después descuidadamente besarte con el padrino calvo de la boda.

    30 años: tratar de hacer los últimos movimientos de Beyoncé en la fiesta de la oficina y accidentalmente romperle la nariz a un colega.

    31 años: tu dama de honor revelando tus secretos ocultos delante de cientos de invitados.

    32 años: preguntarle a tu nuevo vecino cuándo va a tener a su hijo y ella comienza a decir que no está embarazada.

    33 años: caminar al escenario a dar un discurso frente a la empresa entera y tropezarte de cara.

    34 años: hacer popó cuando estás intentado expulsar al niño durante el parto.

    35 años: salir por primera vez con tus amigos después de tener el bebé y no darte cuenta hasta que llegaste a casa que tus pechos chorreaban a través de la blusa.

    36 años: darle un monólogo largo a una amiga sobre porqué estás tan contenta de que ella rompiera con la plasta de su novio únicamente para averiguar que regresaron.

    37 años: que tu bebé encuentre tu vibrador y se lo entregue a un invitado a media cena.

    38 años: decir: ¿"Quién es Lorde?". "¿Qué es "Tinder?" y "¿Cómo exactamente funciona Snapchat?" en menos de tres minutos con compañeros de trabajo más jóvenes.

    39 años: ir con el doctor para una prueba de Papanicolau y darte cuenta que tu ginecólogo es este y que te diga: "Ponga sus pies en los estribos."

    40 años: tu hijo de seis años viendo en el supermercado a un hombre con piernas de titanio y dice: "¡Mira! ¡Un robot!".

    La buena noticia es que después de los 40 ya no sufres esta clase de vergüenzas.

    ¡Es broma! Las vergüenzas continúan mientras seas lo suficientemente afortunada como para caminar en este planeta.