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    Sexo variado, drogas y otros contenidos de TV que dejo ver a mis hijos

    Junto con mis hijos, vemos series como Transparent, Broad City, Orange Is the New Black, Breaking Bad, entre tantas otras. Aunque sean series orientadas a un público maduro, creo que verlas los convertirá en mejores adultos.

    Mientras veía la primera temporada de Transparent con mis hijos, por un segundo me pregunté si tendría que explicarles lo que es un consolador y quién debería usarlo. Todavía no habíamos avanzado a ese punto en la serie (ya había visto la temporada completa, así que sabía que faltaba un capítulo hasta que Ali - Gaby Hoffman - conociera a Dale, el personaje que es un hombre trans interpretado por Ian Harvie), pero al final decidí no interrumpir el arco dramático. Luego recordé que no había de qué preocuparse: ya habían visto un consolador en “Knockoffs”, un capítulo de Broad City en el que Abbi usa uno con Jeremy, su eterno enamorado. Lo vimos en familia: mamá, papá y los dos niños, que en ese entonces tenían 15 y 12 años. También hay muchas referencias a juguetes sexuales, o cosas utilizadas como juguetes sexuales, en Orange Is the New Black, serie que comenzaron a ver cuando tenían 14 y 11 años. Así que imaginé que estábamos listos para un consolador en Transparent.

    No es que mi esposa y yo nos esforcemos en mostrarles a nuestros hijos series y películas con contenido para adultos. nos esforzamos en que tengan acceso a material que creemos que está bien realizado, tiene matices, y en el que mucho de lo que sucede presenta temas serios, por así decirlo. En diversos niveles, Broad City, Orange Is the New Black y Transparent incluyen representaciones o discusiones sobre la masturbación (masculina o femenina), el sexo heterosexual, sexo lésbico, travestismo, reasignación de género, tríos sexuales, fisting, consoladores, y pegging (cuando una mujer penetra a un hombre con un consolador). Hay muy poca monogamia, y mucho uso casual de drogas. Puedo escuchar a la voz sentenciosa de mi padre interno que dice “¿Por qué necesitan ver todo esto?” Sin embargo, estos son tres de las mejores series de televisión actuales, y la calidad debería primar por sobre la comodidad. ¿No es así? No hay un manual que explique cómo elegir entretenimiento para tus hijos. Lo resolvemos sobre la marcha, y esperamos no hacerles daño. Por ahora, parecen estar bien.

    Comprendo que alguien podría pensar que es excesivo dejar a un niño ver a Jesse Pinkman de Breaking Bad consumir heroína o fumar metanfetamina, pero no es lo mismo que, por ejemplo, The Jersey Shore (para usar un ejemplo contemporáneo), en el que el entretenimiento era ver gente emborracharse. En Breaking Bad, puedes preguntarle a un adolescente por qué piensa que Jesse se droga, y el chico lo sabrá: porque se siente insignificante, o está en una relación codependiente con una adicta, o intenta sofocar su angustia cuando esa adicta muere. La sensación es que Jesse nunca toma la decisión correcta, y tampoco enaltece el consumo de drogas.

    Los puntos de vista de un niño se identifican mucho con los temas de la televisión para adultos. En Orange Is the New Black, el personaje de Sophia (Laverne Cox) es alienado, maltratado y aislado por ser diferente. ¿Qué niño en el secundario no se identificaría con eso? En Broad City, Abbi ruega por mayores responsabilidades, pero siempre le dan un trapo para limpiar. Eso ES ser adolescente.

    En Broad City, Abbi e Ilana, dos chicas de veintipico de Nueva York, usan bastantes drogas. Se emborrachan. Tienen sexo casual. No son abogadas. Aunque parezca la pesadilla de cualquier padre, para nosotros es lo mejor que le podríamos mostrar en este momento a un adolescente. Abbi e Ilana viven sus vidas de la misma manera en la que durante años la vivieron los hombres en la TV, hombres que celebramos y felicitamos. Son libres para ser estúpidas, tomar malas decisiones y no someterse a sentencias severas porque las mujeres deberían ser más maduras, o porque nos esforzamos en imaginar que las mujeres no hacen esas cosas. Bueno, es hora de que lo sepan, sí lo hacen. Y queremos que nuestros hijos entiendan que lo que sea que Abbi e Ilana decidan hacer, esté “bien” o no, en última instancia es problema de ellas.

    Con el surgimiento de servicios de streaming como Netflix, Hulu o Amazon Prime, hace mucho que nuestros hijos no ven televisión tradicional. Uno de los beneficios de esto es que podemos dirigir y diseñar lo que miran, y por lo general al menos uno de nosotros mira el programa con ellos. Además de los que mencionamos, estos son las series que hemos visto durante los últimos tres años:

    Enlightened, Happy Valley, Catastrophe, Spaced, Parenthood, Pulling, Friday Night Lights, Weeds, Freaks and Geeks, Parks and Recreation, The Returned (la versión francesa), Empire, Breaking Bad, Better Call Saul, Party Down, The Venture Bros., BoJack Horseman, y Louie.

    En varios de estos shows, miran y se divierten con material creado por o sobre mujeres. Más allá de la historia y la cinematografía, también se esfuerzan en considerar diversas perspectivas, incluyendo las que se relacionan con el sexo y con patrones de comportamiento masculino. Esto se extiende a series más para varones como The League o Breaking Bad. Me enorgullece que ninguno de mis hijos haya pensado que Skyler White fuera una “perra” y que, gracias a Walter White (y el talento de su madre para detectar ejemplos didácticos), ahora saben con seguridad lo que significa el abuso psicológico.

    No es que les encante todo lo que vemos juntos (Enlightened no es para cualquier niño), pero lo toleran, compartimos grandes historias y una gran cantidad de representaciones realistas de la sexualidad adulta. Supongo que este último punto debería sentirse como una carga, pero para nosotros fue una bendición.

    Durante los últimos 60 años, el sexo en televisión ha sido una broma. Se suponía que debíamos reírnos de lo “fácil” que era la hermana de Eric en That ’70s Show, o de lo “fácil” que era Blanche en Golden Girls, para así poder confirmar que las mujeres a las que les gusta el sexo son malas, tristes o patéticas. Las personas que participan en prácticas sexuales fuera de lo común generalmente terminan siendo asesinadas o son los asesinos en programas como Law & Order (La ley y el orden) o CSI. Esto no es sólo un problema de la televisión abierta. La nueva temporada de True Detective nos presentó a un personaje perdido mediante su casa llena de pinturas eróticas y juguetes sexuales: la conclusión de los investigadores (y de la audiencia) fue que era un depravado, y que probablemente desapareció por involucrarse en actividades sexuales abyectas. Además, cuando un personaje femenino en un drama tiene mucho sexo casual, o es miserable en su vida o tiene una enfermedad mental, como Carrie Mathison en Homeland. En los programas que vemos junto a nuestros hijos, no siempre son las personas más sanas las que tienen sexo (nadie debería acostarse con Josh en Transparent), pero al menos es realista, y se lo muestra sin prejuicios.

    Mi esposa y yo crecimos en hogares muy distintos. Ella se crió con una madre soltera y su abuela en una casa en la que el sexo se mencionó con brevedad una sola vez. A mi me criaron dos bibliotecarios que me hacían ver proyecciones de educación sexual en mi casa, para que tenga más información que la que ofrecían los dibujos animados del óvulo y el espermatozoide de la escuela. (Luego de eso, teníamos una sesión de preguntas y respuestas. ¡Divertidísimo!) Aunque parezca que el hogar de mi infancia fue más permisivo, no me dejaban ver The Dukes of Hazzard (Los Duques de Hazzard) por la objetificación que se hacía de Daisy Duke, y tampoco The A-Team (Brigada A) por la cantidad de disparos. No sabemos en qué tipo de monstruo me hubiera convertido de haber podido ver Charlie´s Angels (Los ángeles de Charlie).

    Pero la experiencia me enseñó que no hay un modo estándar de criar hijos. Debes hacer lo que sientas que es lo correcto, y esperar que sea una buena decisión. Cuando nació nuestro primer hijo, durante las primeras semanas registramos en un anotador cada vez que se alimentaba y hacía popó, hasta que nos sentimos lo bastante seguros de que no lo mataríamos de hambre por accidente o algo por el estilo. Con nuestro segundo hijo, nuestra actitud cambió a “Está llorando mucho. ¿Comió hoy?”

    Así que me doy cuenta que esto suena como adoctrinar a nuestros hijos para que sean snobs de la TV, pero a lo largo de los años también miraron Scooby-Doo, ALF, Drake & Josh, The O.C. y Golden Girls. Lo que hacemos es intentar que prueben de todo, de modo que puedan aprender y descubrir sus propios intereses. Y no todo lo ven junto a nosotros, o solo material que elegimos. No sé quién fue el que hizo que mi hijo más pequeño sea fanático de Robot Chicken, pero yo no fui. Cuando hay algo que sí queremos ver juntos (como Transparent), habitualmente es porque creemos que uno o ambos niños están listos para ello, y que hacerlo se siente como una progresión natural de otras historias que ya vieron y disfrutaron. A mi hijo más grande le gustan los dramas familiares (Parenthood, Friday Night Lights) y cualquier serie en la que la gente guarda secretos (Breaking Bad, Weeds, Happy Valley).

    Yo lo veo así: hoy en día, se bombardea a los niños con imágenes desde todos los medios; podemos encerrarlos y aislarlos de esto dentro del hogar, y pretender que no las encontrarán en otro lado, podemos dejar que lo vean sin filtros y cruzar los dedos, o podemos guiarlos a través de cierto material y ponerlos un poco en perspectiva. Honestamente, ya que mi esposa y yo trabajamos en medios y entretenimiento, sería extraño e hipócrita intentar criar a nuestros niños sin televisión. Nos encanta la comedia y el drama, y a nuestros niños también.

    Criamos niños, pero también a futuros adultos; futuros compañeros de piso, colegas de trabajo, y quizás futuros padres. Si hacemos que nuestro hijo limpie la mesa luego de la cena, es porque es una buena costumbre, pero también porque deseamos que algún día sea un ciudadano y habitante considerado y que no se sienta cómodo viviendo entre pilas de periódicos manchados de orina (Que es el destino ineludible de cualquier niño que no levante su plato de la mesa luego de cenar). Del mismo modo, los padres crían personas que saldrán al mundo, tendrán sexo y serán parte de varias relaciones. ¿Por qué deberíamos criarlos como si nada de esto les fuera a suceder? ¿O como si sólo una parte de lo que les da placer está bien?

    En nuestro hogar, sentirnos bien con nosotros mismos es la mayor prioridad. Quizás parezca demasiado, pero tenemos nuestras razones.

    Cuando tenía 10 años, nuestro hijo mayor intentó lastimarse a sí mismo. No voy a entrar en detalles, pero fue lo suficientemente aterrador y alarmante como para que tuviese que pasar un fin de semana bajo observación en el hospital. (Él leyó este ensayo, y hablamos sobre el hecho de que este episodio aparezca aquí). Sucedió luego de un año en el que pasó de ser un niño eléctrico y seguro de sí mismo a mostrarse taciturno, enojado, inseguro y era imposible sacarlo del sillón. El lunes luego de su estadía en el hospital, se quedó en casa mientras con mi esposa intentábamos definir qué hacer. “Solo quiero verlo sonreír y divertirse”, dijo mi esposa. A continuación, se iluminó su rostro y me envió a comprar una sola cosa. Esa mañana, junto a nuestro hijo de 10 años vimos South Park: Bigger, Longer & Uncut, que pedí como préstamo en la biblioteca. Desde “Uncle Fucka”, el musical del principio, fue algo mágico. Al principio se rió nerviosamente (es raro escuchar algo profano junto a tus padres), pero al poco tiempo comenzamos a reír a carcajadas todos juntos.

    ¿Mirar South Park curó la depresión de mi hijo? ¡Claro que no, imbécil! Pero signó un cambio en nuestro enfoque. Antes de esto, separamos entre cosas para adultos y las cosas para niños. Recuerdo entrar al sitio Kids-In-Mind y padecer sus reseñas para niños de películas contemporáneas. (Eso escribieron sobre Scooby Doo 2: Monsters Unleashed: “Un hombre y una mujer se dan un beso. Una mujer se para en lo alto de las escaleras en un conjunto de cuero rojo muy ajustado (que revela su escote y su silueta) y dice a un hombre que la admira, ‘¿Quién es tu mami?’”)

    South Park es vulgar. Claramente, es parte de su atractivo. Y cualquier consumidor de medios sabe que el entretenimiento vulgar nunca escasea. Sin embargo, South Park también es reflexivo. Hace preguntas. Reconoce que existe más de un punto de vista sobre un tema. Y es gracioso. Así que pensamos: quizás sea un medio a través del cual nuestro hijo pueda comprender el mundo. Y con eso, fueron desapareciendo las preocupaciones anticuadas sobre contenido o lenguaje. Cuando un niño de 10 años hace algo que no se supone que debe hacer, deja de ser relevante preocuparse sobre lo que es apropiado.

    Recuerdo los personajes de TV que idolatraba de niño (Hawkeye Pierce de M*A*S*H*, Alex Rieger de Taxi, Barney Miller, también conocidos como “los hombres sensibles”) y si bien parecían progresistas para su época, bajo la superficie existía una agresión masculina latente. Al verlos hoy, creo que personajes como Margaret “Hot Lips” Houlihan y Elain Nardo tenían vidas mucho más interesantes que nunca conoceremos, ya que fueron relegadas a historias secundarias.

    En 2015, ayudar a que nuestros hijos comprendan problemas de género se siente como una emergencia. Intentamos criar dos niños en un país y en una época en la que lo más peligroso parecen ser los hombres. Son hombres los que asesinan más personas, cometen los crímenes más violentos, y los responsables de la mayoría de las violaciones. En un frente más tranquilo e insidioso, controlan la conversación. Determinan quién tiene éxito y quién no. Y son quienes atacan cuando sienten que su dominio y control se ven amenazados. Por eso estamos agradecidos por Abbi e Ilana, protagonistas de Broad City y los peores ejemplos para nuestros hijos. Al mismo tiempo, esperamos que para cuando nuestros hijos tengan nuestra edad, Broad City parezca tan extraño y fuera de moda como M*A*S*H. “¿En serio esto era controvertido?” dirán. “¿Chicas que salen y se enloquecen? ¡La gente en 2015 estaba muy atrasada!”

    Solía preocuparnos que a nuestro hijo más pequeño le gusten las historietas, la ciencia ficción y el terror, géneros que históricamente carecen de protagonistas y voces femeninas fuertes. Pero últimamente envió mensajes de texto a mi esposa y la etiquetó en Facebook en posts sobre series y películas con mujeres protagonistas. Harán planes para verlas juntos; como el año pasado con Agent Carter, o Mad Max: Fury Road. No lo hace como un sentido de obligación; quiere que su madre se sienta bienvenida en su mundo.

    ¿Qué es, entonces, lo positivo de toda esta televisión adulta? ¿Nuestros hijos son ejemplos del comportamiento humano cuando se relacionan con el mundo? Me gustaría creer que sí, pero no tengo idea. Aunque si podemos hacer que piensen sobre ellos mismos, sobre los demás, y ayudarlos a convertirse en mejores adultos, creo que es totalmente positivo.

    Este post fue traducido del inglés por Javier Güelfi.