1.
Uno de tus brazos es más grande que el otro.
2.
Las pelotas de tenis están por todas partes. En tu hogar, tu auto, tus bolsas, tus zapatos, debajo de tu cama.
3.
Las inevitables marcas de bronceado.
4.
Tienes una afinidad especial por un cierto tipo de raqueta. Y no puedes jugar con ningún otro tipo. Simplemente no se siente bien.
5.
Todas tus bolsas deben ser lo suficientemente grandes para acomodar tu raqueta.
7.
Amas la sensación de abrir un nuevo paquete de pelotas y el olor que tienen.
8.
Si alguien te pregunta sobre tu nivel de tensión inmediatamente piensas en tu raqueta, no en tu estrés.
9.
Sabes que los "bagels" (partido 6-0) y los "breadsticks" (partido 6-1) no se refieren a comida... pero son igual de emocionantes.
10.
Tú eres ya sea Adidas o Nike. No eres de ambas.
11.
Tienes que ponerle un nuevo overgrip antes de cada juego.
12.
Conoces el coraje, el miedo y la lucha que viene con el partido de desempate en un tercer set.
13.
Y siempre adorarás a Patrick Rafter por sus saques y voleas.
14.
Apuntas para la gente. Es una buena estrategia, lo siento.
15.
La doble falta es el peor sentimiento.
16.
Golpear tu raqueta en el suelo se siente tan mal, pero al mismo tiempo bien.
17.
JUGADORES SOBRE TIERRA BATIDA = ATERRADOR.
18.
Tienes una rutina de saque muy precisa.
19.
Recuerdas tus saques ganadores mejor que tu cumpleaños.
20.
Tu y tu compañero de dobles comparten un vínculo impenetrable.
21.
Y todavía tienes pesadillas con la pelota que golpeó la red y rebotó por encima de ella. LA VIDA ES TAN INJUSTA.
