1. Estás familiarizado con la obra de autores como Ernest Hemingway, J.R.R. Tolkien o Edgar Allan Poe y no precisamente por tus clases de literatura.
2. Te es imposible mantener una conversación si está sonando un solo de guitarra en las bocinas. No importa a quien tengas en frente.
3. Tocas instrumentos imaginarios.
4. Como sea, y en donde sea.
5. Cuando te gusta la música (sea cual sea el género) haces headbanging.
6. Te sientes raro cuando te vistes de un color que no sea el negro.
7. Y por supuesto, la gente que te rodeaba creía que eras satánico.
8. Porque de alguna forma, sí te atrae Satanás.
9. Sabes que él es Dios.
10. Dominas la banda sonora favorita de Dios.
11. Esta es tu expresión cada vez que escuchas a alguien decir que el heavy metal es “puro ruido”.
12. No importa cuántas veces hayas visto tocar a tus bandas favoritas, siempre es distinto cuando los escuchas en directo.
13. Tienes una mascota. Y se llama Eddie.
(O al menos dudaste en ponerle así a tu perrito.)
14. Conoces del género (lo que te gusta), pero sabes que siempre habrá alguien que sabe más que tú.
15. Estas películas están en tu colección.
16. Y no hay forma en la que no te pongas un poco triste cuando te acuerdas de él:
17. Si eres hombre, tienes una fascinación por cualquier chica a la que le guste el metal.
18. Y más si toca el bajo…
19. Y si eres mujer, este tipo SEGURO te arrancó un par de suspiros.
20. Por supuesto cuando llega alguien que no tiene ni idea de la plática metalera, tienes esa actitud soberbia que no te cae bien de tus camaradas.
21. Era difícil que te relacionaras con la gente en la escuela.
22. Pero al final, tus verdaderos amigos, saben que detrás de los estoperoles, los solos y los riffs imaginarios, generalmente existe una persona con un gran corazón.
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