1.
Tener vajilla de mil juegos diferentes, producto de donaciones familiares.
2.
Comprar shampoo de al menos un litro y medio para ahorrar.
3.
Volverte semi-vegetariano porque no tenés dinero para comprar carne.
4.
Convertirte al nudismo.
5.
Bañarte con la puerta del baño abierta.
6.
No apagar la música jamás.
7.
Suponer que te vas a convertir en un dios del sexo y decepcionarte rápidamente.
8.
Comprar los muebles más baratos y de peor calidad, cuyos restos vas a querer tirar por la ventana años después.
9.
Contratar un servicio de internet.
10.
Pegar a la heladera folletos de delivery con precios súper desactualizados.
11.
Surtirse de fideos y arroz: fácil, rápido y barato.
12.
Utilizar la casa materna como un depósito: allí quedarán recuerdos, ropa vieja y objetos en desuso.
13.
Transformarte en un obsesivo de la limpieza o, por el contrario, en un desordenado fatal.
14.
Tener ropa descosida, porque ¿quién lleva un costurero a la mudanza?
15.
Después de un tiempo, acumular alimentos vencidos.
16.
Volver a la casa materna hambriento de comida casera un día al mediodía.
