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    El sufrimiento de esta mujer con un grave problema de sobrepeso movilizó a una comunidad a ayudarla

    Ha vivido los últimos 12 años en una silla.

    La obesidad ha hecho que Teodolinda Perdomo, una hondureña de 64 años de edad, haya pasado los últimos 12 años encerrada entre las paredes de su humilde residencia.

    Según el diario La Prensa, la mujer de alrededor de 600 libras es considerada la más pesada de su área.

    Ella dice que el peso actual surgió después de la muerte de uno de sus hijos. "Entré en depresión, no salía, no veía a nadie, y luego llegaron problemas de la tiroides, y perdí el control de mi misma".

    A pesar de las varias enfermedades que Perdomo sufre, incluyendo diabetes, su mayor preocupación es su hija. "Mi hija tiene 25 años y es inválida", dice Perdomo. "Cuando yo estaba joven podía cuidar de ella, pero ahora se me dificulta mucho".

    La sobreviviente de una de las hijas difuntas de Perdomo, es quien ahora se encarga de cuidarla. "Mi nieta es el ángel que me peina, me ayuda a comer...".

    El esposo de Perdomo, ayuda vendiendo bolsas de agua fría en las calles. "Él compra 200 bolsas cuando puede, pero ya está muy viejo y cansado".

    La historia de esta mujer llegó a oídos de la periodista Stanzi Pérez, quien identificada con problemas de salud a causa del sobrepeso, decidió contar la historia de Perdomo y ayudarla a su manera.

    "Hablé con el equipo de expertos que me habían a ayudado, y les pedí que hicieran algo por ella", dice Pérez, periodista del diario La Prensa.

    Los expertos acordaron ayudar a Perdomo, ofreciendo las cirugías necesarias gratuitamente. Pero primero hace falta, según Pérez, que la mujer sea re ubicada a un nuevo hogar. Actualmente, la señora vive en un cerro, lo que agrega dificultad a su movilización.

    "Son más de 14 escalones los que tengo que bajar para salir de mi casa, y la última vez que trataron de ayudarme, cuatro hombres hicieron lo posible hasta que me desmayé", dice Perdomo.

    Perdomo dice que lo que más necesita es un lugar en donde pueda moverse, y así, pueda atender a sus consultas médicas. "Vivo en un cuartito muy pequeño, y allí ni siquiera hay espacio para usar las sillas de ruedas que me han donado".

    Pérez dice que la primera dama de Honduras, Ana García de Hernández, también se ha comprometido a ayudar a Perdomo. "Pronto tendré una charla con la primera dama, pues pretenden construir una casa para ella (Perdomo)", dice Pérez. "Voy en camino a averiguar, cuándo, cómo y dónde se construirá este hogar".

    "Dios, sabía que nunca me habías abandonado", dice Perdomo en cuanto escucha los planes de la primera dama. "Solo puedo agradecer, solo puedo decir gracias".

    Mira el reportaje de Stanzi Pérez para La Prensa aquí.

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