1. Todo empieza porque niegas por completo que tu adicción a la Coca-Cola Light es grave...
2. Y luego, por el miedo a la posibilidad de tener una vida sin Coca-Cola Light, te inventas excusas. Todas las excusas posibles...
3. Avergonzado, finalmente reconoces que tienes un problema cuando no puedes terminar una tarde sin haber bebido una Coca-Cola Light... o nueve.
4. Te sientes inútil la primera vez que intentas renunciar a tu muy querida Coca-Cola Light y fracasas de forma miserable...
5. Pero, decidido, lo vuelves a intentar...
6. Empiezas a extrañar tanto la Coca-Cola Light que le escribes una carta de amor, además de tres sonetos y una ópera rock...
7. Intentas tomar agua y te enojas contra cualquiera que haya inventado este pretexto acuoso para la Coca-Cola Light...
8. Ardes en enojo, tiras los refrescos "naturales" hechos en casa al inodoro y lanzas ese inodoro al espacio...
9. Sumido en la desesperación, te preguntas si vale la pena vivir sin Coca-Cola Light...
10. Comienzas a perder la noción de la realidad, pasando por el síndrome de abstinencia y viendo Coca-Cola Light por todas partes...
11. Luego te desplomas, entumecido y desmoronado, en el abismo....
HAZ QUE SE DETENGA. HAZ QUE TERMINE. TODO ES DOLOR. ESTOY GOLPEANDO MIS PUÑOS CONTRA LAS PAREDES DEL INFIERNO. TODO ES TINIEBLAS. DAME UNA COCA-COLA.